Page 95 - Perú indígena y virreinal
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 el «niño jesús inca»
y los jesuitas en el cusco virreinal
  Ramón Mujica Pinilla
El hallazgo reciente de un lienzo virreinal representando a un «Niño Jesús Inca» plantea nuevas interrogantes sobre los métodos sincréticos de aculturación y evangelización utilizados por la Compañía de Jesús en el Cus- co a inicios del siglo XVII (Mujica, 2003, p. 292). Se le muestra sobre una peana entre jarrones de cristal con adornos florales. Los cortinajes alzados revelan la sacralidad de la efigie que en la pintura resplandece con luz sobrenatural y alude a la teología contrarreformista del icono como apoyo mediador entre el mundo visible y el invisible. Este ejemplar es complementario a otra pintura cusqueña (hoy perdida y vista por última vez en Argen- tina) con el Niño Jesús de pie y bendiciente, luciendo un unku blanco de encajes, con collar de plumas multi- colores, vincha de perlas con la borla imperial y una capa roja sobre los hombros, fijada por dos cabezas de pumas que también ornamentan sus muslos y empeines (Schenone, 1998, pp. 118-119). Ambas pinturas son rarísimos «retratos» realistas de «esculturas de vestir» o imágenes de altar talladas en madera policromada, pues figuran sobre la mesa de los retablos surandinos.
Por sus características iconográficas se trata del Niño Jesús en su advocación de Salvador del Mundo. Se le representa con la mano derecha en posición de bendecir al orbe que sostiene con la izquierda. Se combi- nan aquí dos tópicos del antiguo arte imperial romano adaptados al cristianismo y que sobrevivieron a la Edad Media, el Renacimiento y el Barroco. Para significar la omnipotencia universal de Cristo rey como monarca uni- versal y Sol Invictus o Sol invencible —el lema victorioso militar del primer emperador cristiano, Constantino el Grande—, se le representó sosteniendo el orbe del mundo con una mano. Asimismo, bajo el influjo de la tra- dición platónica, también se hizo frecuente representar a Cristo en su función de Logos cosmocrator o de Verbo creador mostrando con los dedos de la mano derecha el signo del orador (gestus oratorius) —empleado des- pués para la benedicti latina del ritual católico y para la predicación— pues con ella exaltaba hieráticamente el poder salvífico de la palabra y la sabiduría de Dios (L’Orange, 1982, pp. 139-197).
La carga político-religiosa de esta iconografía adquiere nuevos sentidos locales y potencialmente transgre- sores cuando al Niño Dios —rex et sacerdos— se le representa en los Andes con el atuendo híbrido y transcultural de un inca posconquista. En la pintura luce capa y túnica dorada con cuello postizo o valona. Bajo ésta sobresalen los delicados encajes que ribetean los bordes bajos y las amplias mangas sueltas de una suerte de alba o túnica inte-
 Fig. 1 Anónimo cusqueño, Niño Jesús inca sobre el altar, finales del siglo XVII o principios del siglo XVIII, paradero desconocido
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