Page 68 - Perú indígena y virreinal
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la ciudad del cusco: superposición de culturas
Graciela María Viñuales
El Cusco existía como ciudad imperial incaica a la llegada del español en 1534. Era la capital política de una vas- ta región que se extendía desde Colombia hasta Argentina y Chile, y del Pacífico hasta la ceja de la selva ama- zónica. Pero también era la capital religiosa y el centro simbólico del territorio dominado, al que caracterizaba con cuatro divisiones o rumbos hacia los puntos cardinales. Era igualmente la síntesis de ese territorio, al que nominaba como Tawantinsuyo (el conjunto de los rumbos).
El dominio del territorio se conseguía no sólo por las conquistas militares que dieron origen al imperio, sino por el control que se ejercía gracias a los representantes locales y, fundamentalmente, mediante la red de cami- nos y puentes que permitían saber qué pasaba en cada región, y a través de los cuales se cobraban los impues- tos, se comerciaba y se acercaban al monarca los productos que requiriera.
La ciudad que conocieron los españoles no tenía una estructura urbana continua, pues poseía tres com- ponentes básicos: el centro del poder, los arrabales contiguos y los barrios satélites. El centro nobiliario fue reconstruido por Pachacútec poco antes de promediar el siglo XV y coincidió con la expansión territorial del imperio. Este centro tenía funciones religiosas, administrativas y de residencia de los nobles, y se encontraba entre los ríos Saphi y Tullumayo. La parte residencial del barrio nobiliario coincidía en parte con los aledaños de la actual plazuela de Nazarenas.
En la parte alta, y ya fuera de la ciudad, se encontraba la fortaleza de Sacsayhuaman, desde la cual se dominaba visualmente todo el valle. En sus cercanías había también lugares de culto como Quenco Grande y sus altares menores, que se extendían por una amplia superficie hasta encontrar los sitios de Tambomachay y Puca Pucara. En un punto intermedio, la explanada elevada de Colcampata daba asiento a los almacenes de granos para el abastecimiento de la ciudad.
Dentro de la historia colonial americana, la ciudad del Cusco se presenta como un caso particular, ya que se asentó sobre ese antiguo centro prehispánico, cabeza de un vasto imperio. La reorganización espa- ñola, recogió este carácter de capital civil, que se extendió asimismo a la jurisdicción eclesiástica con la creación del obispado cuatro años después. Pero aun dentro de aquel siglo XVI, la ciudad de Lima llegaría a ser la capital virreinal y la sede episcopal principal, si bien el Cusco no perdería otras calidades notorias.
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