Page 66 - Perú indígena y virreinal
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se depositaban cerámicas de lujo, hechas exclusivamente para ser enterradas, y cuyo mensaje iconográfico tenía probablemente que ver con el mundo de las creencias de sus realizadores. Museos y colecciones particulares de todo el mundo cuentan entre sus fondos con miles de cerámicas peruanas de las que se desconoce el contexto de su hallazgo, generalmente tumbas saqueadas, debido a la lucrativa actividad de los «huaqueros».
La cerámica cupisnique es uno de los ejemplos más antiguos de cerámica funeraria, en este caso del Formativo de la costa norte. Se confundió durante mucho tiempo con Chavín, por su característico color negro, sus formas, e incluso sus representaciones, que en algunos casos se asemejan al estilo chavín draconiano. A finales del Formativo, las cerámicas rojas procedentes de las tumbas de Salinar anticipan ya, aunque de una for- ma más estilizada, los modelos escultóricos de Moche. Búhos, monos, lechuzas, felinos, modelados sobre las botellas de una forma bastante realista, coexisten con seres humanos representados de una forma mucho más estilizada, algunos entregados a actividades sexuales siendo, probablemente, de las representaciones de este tipo más antiguas de la cerámica peruana.
Y también de finales del Formativo proceden dos descubrimientos espectaculares de enterramientos ya mucho más complejos, como son los de Vicús y Paracas, en la costa norte y sur, respectivamente, y cuyas cerá- micas anticipan ya las espléndidas manifestaciones del período subsiguiente. Y es que los enterramientos de finales del Formativo y del período de Desarrollos Regionales son los más espectaculares, y en ellos la cantidad y calidad de las ofrendas de cerámica son realmente impresionantes. Y la razón del ingente esfuerzo dedicado al mundo de ultratumba, realizando incluso obras de arte sólo para los muertos, debe entenderse dentro del contexto sociopolítico peruano de esa época. Los jefes de los linajes, los «reyes» de los señoríos de las dife- rentes regiones, al morir se convertían en dioses, en seres sobrenaturales a los que se rendía culto como guar- dianes y protectores, no sólo de su familia sino de todo su pueblo. El mundo sobrenatural y el real se relacio- naban, se confundían, como veremos reflejado en la compleja iconografía cerámica de la época.
La cronología de los enterramientos y la cerámica de Vicús se extiende desde el Formativo Tardío hasta el final de Moche y es clave para entender ese estilo posterior. Es una cerámica poderosamente escultórica, con un impresionante sentido plástico y que recoge influencias de la cultura chorrera de Ecuador, relativamente cer- cana. Los huacos escultóricos representan serpientes, cangrejos, felinos o aves, pero también son muy fre- cuentes las figuras humanas —guerreros, aguadores, ancianos, músicos— de rostros estereotipados y rasgos poco individualizados, pero de enorme fuerza expresiva, en lo que en principio podría entenderse como el inten- to de rodear al difunto con representaciones de lo que era cotidiano en su vida.
La cerámica funeraria de Paracas, procedente de los cementerios de Cerro Colorado y Huari Kayan, es clave en este caso para el posterior desarrollo de la cerámica nasca. La cerámica paracas tiene unos diseños de rico e intenso colorido delimitado con ayuda de incisiones, pintados después de la cocción. El favorito es el tema del felino, a veces muy estilizado, mostrándose sólo una cabeza muy esquemática pero siempre con sus grandes incisivos, lo que pare- ce revelar una influencia chavinoide y sugiere la existencia de algún ser sobrenatural representado de esa manera.
La cerámica nasca destaca en primera instancia por la impresionante policromía que usa hasta diez colo- res básicos. Su compleja iconografía que deriva directamente de Paracas, debe ser entendida sobre la base de los cambios producidos a lo largo de nueve fases estilísticas, pero a rasgos generales sus temas pueden agruparse en tres categorías. Los motivos naturalistas representan animales, aves, reptiles, anfibios, peces y otros seres marinos, flores y plantas. Los motivos religiosos o míticos son criaturas fantásticas que combinan atributos de seres humanos y diversos animales y que reciben nombres como el del ser mítico antropomorfo, el boto
Fig. 6 Copa paracas-cavernas, 600-200 a. C., Barcelona, Museo Barbier Müeller (532-45)
Fig. 7 Vaso nasca, 0-500 d. C., Madrid, Museo de América (8217)
LA CERÁMICA PREHISPÁNICA: FORMAS, FUNCIÓN Y SIGNIFICADO [ 73 ]