Page 115 - Perú indígena y virreinal
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     Fig. 2 José Skinners, «El Inca
y su Reina», litografía en The Present State of Perú, 1805, Lima, Biblioteca Nacional del Perú
Fig. 3 José Skinners, «Mujer Guerrera de la Tribu Yurimagua», litografía en The Present State of Perú, 1805, Lima, Biblioteca Nacional del Perú
Fig. 4 José Skinners, «Indígena vestida como la Minerva del Perú» litografía en The Present State of Perú, 1805, Lima, Biblioteca Nacional del Perú
vestimentas imperiales y danzas aborígenes. En el libro del inglés Joseph Skinner, The Present State of Peru, publi- cado en Londres en 1805, es posible apreciar veinte láminas que representan a personajes con trajes típicos o dis- frazados, inspiradas en los lienzos citados. Destacan, entre ellos, la representación de un inca y su reina, una gue- rrera de la tribu Yurimagua y una habitante india como la Minerva del Perú.
EXEQUIAS REALES EN EL SIGLO XVIII
En Lima al igual que se celebraban fiestas con motivo de la proclamación de un nuevo monarca en España, se lle- vaban a cabo las llamadas fiestas luctuosas por su fallecimiento, que incluían también la metamorfosis del lugar con el llamado arte efímero. Aparte de los documentos de archivo que nos alcanzan datos sobre el protocolo de las ceremonias y los gustos de las mismas a partir del siglo XVIII, contamos con libros de exequias editados por las imprentas limeñas que contenían, además de los preparativos para la ceremonia, el protocolo de las proce- siones y los sermones, una descripción del túmulo diseñado por lo general por un arquitecto de prestigio de Lima, y una estampa calcográfica del cenotafio al final del libro y con ello se perpetuaba su imagen efímera para benefi- cio de nuestra memoria cultural. La arquitectura funeraria incluía también esculturas y pinturas, en base a un pro- grama iconográfico, que no dejaba de lado los jeroglíficos, emblemas e incluso la temática mitológica, preparado por un intelectual de la época, procedente de las cátedras de la Universidad de San Marcos, que en su mensaje buscaba resaltar las virtudes del difunto, en un afán de trascendencia histórica.
Para el presente estudio hemos seleccionado, como muestra de la arquitectura efímera limeña del siglo XVIII, cuatro túmulos levantados en la catedral de Lima y llevados a la estampa por uno de los más representativos gra- badores del Perú virreinal, José Vázquez: los túmulos de la reina madre Isabel de Farnesio, 1768; el del arzobispo Pedro Antonio de Barroeta y Ángel, 1776; del arzobispo Diego Antonio de Parada, 1781, y el del rey Carlos III, 1789.
La estampa del túmulo de la reina madre, Isabel de Farnesio, se incluyó en el libro de José Antonio Bor- da y Orosco, editado en Lima en 1768, obra de arquitecto aún desconocido, aunque su diseño guarda estrecha relación con el que hizo Antonio Bejarano Loayza para las exequias de María Bárbara de Portugal en 1760. El programa incluyó ocho esculturas alegóricas de las virtudes teologales, cardinales y la Piedad, además de ale- gorías geográficas de partes diferentes del mundo y en el remate la de Lima con el escudo de la ciudad.
Deseamos centrar nuestra atención en la figura de la muerte que aparece en el interior del tercer cuer- po del cenotafio de Isabel de Farnesio. Si bien ya se había usado el esqueleto de la muerte en el túmulo del
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