Page 30 - Escritura experimental en España, 1963-1983
P. 30
Escritura ExpErimEntal En España, 1963-1983al contrario: la enfrentaron y en el enfrentamiento la trascendieron. Cuando la Dictadura dejó paso a un paulatino proceso de normalización de la vida española, cuando la lente desapareció, también desapareció la deformación: las cosas, el arte de los años sesenta pudo verse con claridad y con su gura adecuada.40Hoy, cuando esa lente a la que alude Valeriano Bozal ha desaparecido, entendemos que muchos de los gestos y actitudes que podríamos llamar formalistas, por carecer de con- tenidos y mensajes explícitos a un compromiso político o una causa social, eran una forma de resistencia y de oposición que se colaba, gracias a su falta de seriedad y de trascendencia, por las rendijas del sistema llamando la atención sobre aspectos del comportamiento coti- diano que cobraban súbitamente una dimensión inesperada.Lo experimental responde a una situación de cambio de perspectiva estética que coincidió con un cambio de los paradigmas social (el inicio de la sociedad de consumo y del estado del bienestar) y cientí co (la física, la lingüística y la semiótica con su variante tecnológica: los ordenadores y la automoción). En este sentido, muchas de las obras que se presentan en esta exposición, siendo trabajos subjetivos elaborados desde criterios personalistas, son re ejo de situaciones más generales relacionadas con los movimientos sociológicos y con los descubrimientos tecno-cientí cos, sin que las obras se re eran especí camente a situaciones concretas.En estas obras, muchas dislocaciones compositivas, lingüísticas, signi cantes, se- mióticas, formales o grá cas re ejan las tensiones de una época en la que lentamente se van democratizando los conocimientos y liberalizando las costumbres, abriendo al común de los ciudadanos a una nueva sensibilidad perceptiva y receptiva que conduce a una valoración positiva de la novedad, pero, ciertamente, este es el talón de Aquiles del arte experimental: la creación de obras cuyo único valor se apoya en la novedad de las formas.Los experimentos que realizan los artistas, poetas o escritores se llevan a cabo con elementos formales o, si se quiere, sobre las formas. Pero esto no quiere decir que lo que hacen estos creadores con las palabras o con la escritura sea simple «experimentación formal» o que se trate de meros ejercicios «formalistas», cali cativos que en la posmo- dernidad han cobrado un sesgo peyorativo.Cualquier material o elemento que sirva para la creación artística, literaria o musi- cal posee necesariamente unas cualidades formales que no se pueden obviar y que condi- cionan lo que se pretenda hacer o construir con ellos. Cualquier elemento formal se puede repetir, contrapear, girar, multiplicar, fragmentar, cambiar de escala, alternar con otros, etcétera; con las mismas palabras se puede dictar una orden, expresar un sentimiento, transmitir un mensaje, reclamar un derecho o implorar clemencia, todo depende de la manera como se «formalice» el discurso. En cada uno de los casos la forma aparece como una necesidad para conseguir un objetivo.Pero, cuando se trata de lo premeditadamente estético, es decir del arte, el objetivo debe carecer de cualquier nalidad que sea ajena al propio arte. Enmanuel Kant en su Crítica de la facultad de juzgar lo expresaba con la célebre proposición: el juicio estético40. Valeriano bozal: «Dos etcéteras sobre Juan Hidalgo», en De Juan Hidalgo [1957-1997] Antológica, 1997, p. 244. 34