Page 32 - Escritura experimental en España, 1963-1983
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Escritura ExpErimEntal En España, 1963-1983hibridación de los anteriores, como son el happening, la poesía fonética o la instalación, por poner solo tres ejemplos. De esta manera la escritura experimental recupera el senti- do de la vista, se interesa por el espacio, valora el vacío y el silencio, se preocupa por la tipografía, cuida la edición y puesta en página, se sirve del color, tanto del papel como de las letras y palabras, toma conciencia de los valores grá cos, de la línea y de la imagen, y genera toda una serie de nuevos tipos de obra que dan origen a escuelas como la poesía visual, el letrismo, el espacialismo, la poesía semiótica, el concretismo, el fonetismo, el accionismo, el mail art y un largo etcétera que iremos desgranando en estas páginas con algo más de precisión. De manera muy particular, parafraseando a Marshall McLuhan,41 el medio se convierte en una parte importante del mensaje.Propósito experimentalEL hecho de que el espíritu de las vanguardias, con sus respectivas y va- riadas manifestaciones, no hubiera calado profundamente en la cultura artística española no quiere decir que no podamos reconocer precedentes.Ni las prácticas denominadas experimentales, conceptuales, o con otros términos que no han perdurado, ni otras prácticas que supusieron «nuevos comportamientos artísticos» o que se salieron «fuera de formato»42 (por servirnos de la terminología entonces al uso) surgieron en España por generación espontánea irrumpiendo por sorpresa. Más bien, esas prácticas que aquí llamamos experimentales, tuvieron una lenta gestación que cuajó hacia 1963 en un campo que, ciertamente, no es el de los pintores, entretenidos entonces con sus abstracciones, sus  guraciones y con el descubrimiento de la lírica de los campos de color, sino en el de la música y la escritura que se extendieron entonces hacia el ámbito de lo visual y lo escénico adoptando posiciones radicales que, tampoco surgieron por generación espontánea, ya que estaban en el aire, formando parte de ese «espíritu de la época».Uno de los artistas que había conocido ese espíritu fue Jorge Oteiza, quien había vivi- do en Bolivia, Colombia, Argentina y Chile43 desde 1935 hasta su regreso a Bilbao en 1948, entrando allí en contacto con las ideas vanguardistas europeas que se estaban difundiendo con particular entusiasmo. Aunque esas ideas, que estuvieron tan presentes en el ideario del escultor vasco, no fueron recogidas de primera mano, sino a través de la versión suramerica- na, su conocimiento del neoplasticismo y del constructivismo, muy particularmente de la obra de Malevich, fue esencial en el desarrollo de su trabajo escultórico realizado en España durante los años 50, que, a su vez, fue seminal para más de una generación de artistas posteriores.4441. Marshall mcluhan, Quentin Fiore, Jerome agel: El medio es el masaje. Un inventario de efectos, 1988.42. «Nuevos Comportamientos Artísticos» fue la denominación de un ciclo de arte contemporáneo celebrado en el Instituto Alemán de Madrid y en el de Barcelona, en colaboración con los de Gran Bretaña e Italia, de febrero a marzo de 1974. «Fuera de Formato» fue el título de exposición de artistas «conceptuales» realizada durante los meses de febrero y marzo de 1983 en el Centro Cultural de la Villa de Madrid. Ambos acontecimientos fueron particularmente importantes.43. Latinoamérica fue el gran laboratorio de la modernidad durante los años 30 y 40, cuando sobre Europa planeaba la sombra de los totalitarismos y Estados Unidos aún no había tomado el relevo.44. Su participación fue decisiva para la fundación en 1965 de los grupos de artistas Gaur, en Guipúzcoa; Emen, en Vizcaya; Orain, en Álava; Danok, en Navarra. Sobre la actividad de estos grupos. Véase Ana María guasch: Arte e ideología en el País Vasco: 1940-1980, 1985, pp. 152-159.36


































































































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