Page 33 - Escritura experimental en España, 1963-1983
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Escritura ExpErimEntal En España, 1963-1983La investigación plástica de Oteiza no fue solo un «propósito experimental» realizado con formas y volúmenes escultóricos, sino que poseía una voluntad lingüística. No se trataba de crear un repertorio de esculturas, sino de encontrar una auténtica gramática generativa, capaz de desarrollar un mundo formal, en este sentido lo que Oteiza buscaba no era una ma- nera o estilo de realizar obras, sino un procedimiento lingüístico. Su «laboratorio de tizas» lo es, en él se encuentran implícitos todos los posibles desarrollos de la forma escultórica. Esta convicción le dejó al artista parado, lo que le restaba era construir físicamente esas formas, pero para Oteiza ese era un trabajo mecánico que carecía de interés creativo. Desde el punto de vista plástico, el «propósito experimental» quedó truncado cuando el artista renunció en 1959 a la producción de esculturas, entonces la actividad de Oteiza se deslizó hacia la escritura, refugiándose en la poesía y el ensayo.45 Dejó de hacer obras para poder re exionar sobe arte, adquiriendo entonces conciencia de su posición como ser social que asume el compromiso de atender a la sociedad en sus necesidades.Desde su faceta como escritor, para José Ángel Ascunce, Jorge Oteiza «se acerca al vanguardismo poético porque encuentra en la fragmentación del verso, en la inco- nexión de las cláusulas poéticas, en la distribución  gurativa del espacio estró co, en la indeterminación expresiva, en la asociación sorpresiva de los elementos lingüísticos, etc. [...], las formas expresivas idóneas para dar rienda suelta a un sentimiento que brota a borbotones, sin continencia y sin freno».46Particularmente fecundo fue Oteiza en la producción ensayística. Cuando aban- donó la actividad escultórica, al no querer convertir la creación artística en un medio ma- terial de subsistencia, reproduciendo mecánicamente los cientos de modelos elaborados en su investigación experimental, se centró en la idea de desarrollar una acción poética, intelectual y política que permitiera unir el arte con la vida. Uno de los ejemplos de su particular manera de entender el ensayo es la enunciación de la Ley de los cambios, teo- ría en la que Oteiza estudia los ciclos a los que está sometida la creación y la expresión artística. Esa ley, como si fuera el «sistema periódico de los elementos», debería permitir evaluar las experiencias logradas en arte y detectar las que aún faltan por lograr. La ley fue expresada por Oteiza como si fuera una formulación matemática, sirviéndose de letras, números, signos, líneas y grá cos escritos en una pizarra que, posteriormente, sería transformada en una carpeta de aguafuertes.47Sin duda alguna la calidad literaria de Oteiza no ha alcanzado el interés que ha despertado su escultura, pero lo que importa aquí no es juzgar la calidad de unos resulta- dos concretos, sino constatar que el espíritu experimental incitó a Oteiza a superar las ca- sillas en las que permanecían encorsetados los géneros, interesándose por cualquier tipo45. En 1963 Jorge oteiza publicó Quosque tandem...! Ensayo de interpretación estética del alma vasca, 1963. Sus obras estrictamente poéticas se inician con: Jorge oteiza: Androcanto y sigo. Ballet por las piedras de los Apóstoles en la carretera,1955; y son recogidas en Gabriel insausti (ed.): Jorge Oteiza, Poesía, 2006.46. José Ángel ascunce: «Jorge Oteiza: Cuando la piedra se hace palabra», en Jorge Oteiza, Gabriel insausti (ed.):Poesía, 2006, p. 143.47. La Ley de los cambios fue enunciada en dos ensayos: «Ideología y técnica para una ley de los cambios en el arte»(1964) y «El arte como escuela política de tomas de conciencia» (1965), que se publicaron en Jorge Oteiza: Ejercicios espirituales en un túnel. En busca y encuentro de nuestra identidad perdida (1983) y posteriormente fueron compilados por el artista Daniel Txopitea bajo el título Ley de los cambios, en una edición de 1990, junto a una carpeta gráfica en la que se estamparon unos diagramas y una selección de textos, que completaron la edición de aguafuertes sobre papel Aquari.37


































































































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