Page 129 - Escritura experimental en España, 1963-1983
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Escritura ExpErimEntal En España, 1963-1983Entre 1979 y 1981 Llorenç Barber se hizo cargo del Aula de Música de la Uni- versidad Complutense desde donde organizó trece «Cursos de creación musical» por los que pasaron como invitados destacados compositores experimentales de la década anterior, entre ellos: Juan Hidalgo, Takehisa Kosugi, Alison Knowles, Philip Corner, Carles Santos, Charlie Morrow, Glen Velez y Tom Johnson, entre otros.Tras una serie de actividades relacionadas con la música contemporánea,327 unos jóve- nes músicos fundaron en Madrid, al amparo de Juventudes Musicales, el colectivo Elenfante que aglutinó cuatro grupos: el Taller de Música Mundana, el Ecogrupo Instrumental, Glotis y Nutar.328 De entre estos grupos, Glotis se especializó en músicas «textuales y fonéticas», es- tudiando y dando a conocer en recitales públicos piezas clave del repertorio de las vanguar- dias históricas: Paul Scheerbart, F. T. Marinetti, Pierre Albert-Birot, Richard Huelsenbeck, Raoul Hausmann, Hugo Ball, Kurt Schwitters, Theo Van Doesburg, junto a la obra de auto- res más contemporáneos como John Cage, Maurice Lemaître, Ernsr Jandl, Gerhard Rühn, Bernard Heidsieck y de españoles como Juan Eduardo Cirlot, José Luis Castillejo, Antonio Agúndez y Javier Maderuelo.329 Así, lentamente, como la lluvia na, la experimentación fue calando entre algunos colectivos heterogéneos formados por escritores, artistas y mú- sicos, pero a principios de los años ochenta aquel tipo de manifestaciones artísticas, que parecía que iban a cobrar nuevos impulsos con actos como el Encuentro con la Poesía Experimental,330 estaba ya acabando. A principios de los años ochenta se hace evidente un cambio en el entorno político y, sobre todo, una «modernización» del país que reclamaba otro tipo de actividades. Ciertamente, ni se ha dejado de experimentar con los lenguajes artísticos ni se ha dejado de escribir, pero aquello que empezó con tanto ardor en los años sesenta se fue agotando a principios de los ochenta y lo que ha sucedido después reclama otras interpretaciones diferentes.En el margenPuede parecer que en toda actividad artística hay una necesidad grega- ria, que los autores necesitan unirse y formar colectivos, sin embar- go, se ha señalado repetidamente en este ensayo el carácter marginal ounderground de las prácticas experimentales realizadas en España, así como la individua- lidad de algunos de sus autores. Este es un tema que ofrece diferentes lecturas e interpre- taciones y que ha tenido consecuencias que aún hoy se acusan en su valoración crítica. Por un lado, la mayoría de los creadores no se sirvieron entonces de la red comercial que ofrecían las galerías de arte para mostrar su trabajo quedando al margen del mercado y,327. Entre ellas, la celebración del Primer Festival de la Libre Expresión Sonora (Madrid 13 de marzo de 1980), los Emsems 80 (Valencia 23 de mayo de 1980) y el Primer Encontre de Compositors, (Sa Pobla 21-23 de julio de 1980). Véase Javier maderuelo: Una música para los 80, 1981, pp. 57 y ss.328. Muchos de los miembros de Elenfante terminaron encuadrándose en Juventudes Musicales de Madrid.329. Véase el programa de mano de las dos veladas fonéticas ofrecidas el 29 de septiembre y el 6 de octubre en Fundación Juan March de Madrid: Música para una exposición Schwitters, Fundación Juan March, Madrid, 1982.330. Celebrado en Santander, del 2 al 15 de mayo 1979. Intervinieron: Javier Aguirre, Antonio L. Bouza, Ángel Cosmos, Isaac Cuende, Rafael de Cózar, Pablo del Barco, Rafael Gutiérrez Colomer, Víctor Infantes, Pedro Miguel Lucía, Javier Maderuelo, Fernando Millán y Jordi Vallés.133