Page 126 - Escritura experimental en España, 1963-1983
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Escritura ExpErimEntal En España, 1963-1983¿Un movimiento experimental?No se puede encontrar una relación directa entre creación experimen- tal y actividad política, pero sí hubo una época en la que, como he intentado explicar, surgieron las condiciones para que algunosautores se enfrentaran en España a un tipo de creación artística que, superando los atá- vicos géneros, pretendía codearse con las voluntades y los acontecimientos que estaban sucediendo en el resto del mundo. Las relaciones de Zaj con los miembros de Fluxus o de Fernando Millán e Ignacio Gómez de Liaño con los creadores más destacados del mo- mento, la presencia de artistas y escritores extranjeros en eventos públicos organizados en España,317 son datos que corroboran esta voluntad antiaislacionista.Fernando Millán sostiene que a  nales de los años sesenta «lo que hasta entonces había sido un ámbito de relaciones entre individualidades o pequeños grupos, cambia de sentido y pasa a ser un movimiento [...] Es decir, pasa del ámbito de intereses personales, de ideas propiedad de un grupo a ser un campo de juego de personas que no se conocen entre sí, e incluso que tienen ideologías, formaciones e intereses contrapuestos. Sólo les une el convencimiento de que una nueva forma de ver y entender lo estético les afecta y les obliga a replantearse sus propios principios y con ellos sus producciones».318No sé si podemos hablar de un auténtico «movimiento» de autores individuales, pero es cierto que la locución «poesía experimental» fue capaz de agrupar en torno a sí a personas que tenían «ideologías, formaciones e intereses contrapuestos», es más, compa- rando los trabajos realizados por distintos autores de diferente formación y procedencia encontramos algunos rasgos comunes que van más allá de la similitud en las apariencias formales ya que muestran la existencia de unos criterios de composición, articulación y procedimiento que resultan muy característicos.Aquellas ideas de Oteiza y Campal sobre lo que hoy llamamos interdisciplinaridad, ese territorio en el que lo visual, lo textual, lo plástico, lo performativo y lo sonoro se inter eren, permitieron la contaminación entre creadores con diferente formación que, sin necesidad de renunciar a su individualidad, colaboraron en la publicación y exhibición conjunta de sus obras en exposiciones y antologías. Lo curioso es que en el ámbito social e ideológico muchas de estas personas mantenían posturas totalmente opuestas, unos eran de  liación anarquista, otros fervientes católicos, militantes del Partido Comunista o de la extrema derecha. Por encima de sus ideologías políticas se encontraba, sin embargo, esta pasión por la experimentación, por encontrar nuevos caminos de expresión, así como la necesidad de no encallarse en soledad.Sin embargo, habría que ser muy ingenuos para pensar que a todos los autores expe- rimentales les animaba un «interés desinteresado» por la creación, que todos fueron ca- paces de apartar sus egos y sus miserias personales para colaborar en una misma empresa común situada por encima de las ideologías y, sin embargo, el nivel de altruismo que se alcanzó durante estas dos décadas es hoy sencillamente inimaginable. Un ejemplo de ello, y317. La ayuda de organizaciones como los Institutos Alemán, Francés e Italiano fue decisiva. El mayor agradecimiento al profesor Eckart Plinke, director del Instituto Alemán de Madrid, que fue un decidido entusiasta y defensor de la experimentación. 318. Fernando millán: «Utopía, trasgresión, neovanguardia y radicalismo. La poesía experimental en el Estado español»,en vv. aa.: Escrito está, ob. cit., p. 21.130


































































































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