Page 94 - El poder del pasado. 150 años de arqueología en España
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FIG. 5
Mapa con polígonos Thiessen ( influencia teórica ) de las universidades españolas
con nuevos Grados de Arqueología y las posibles universidades que podrían ofrecerlo en un futuro próximo.
UNIVERSIDAD DE SANTIAGO
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BARCELONA
UNIVERSIDADES UNIVERSIDAD
CON GRADO
UNIVERSIDADES PENSANDO GRADO
UNIVERSIDADES CON POSIBILIDAD DE TENER GRADO
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
UNIVERSIDAD DE JAÉN
UNIVERSIDAD GRANANDA
UNIVERSIDAD DE VALENCIA
BARCELONA
BALEARES
UNIVERSIDAD SEVILLA
CANARIAS
andaluzas y la Complutense tienen notas de corte sig- nificativamente por encima de la media de las Faculta- des de Letras, lo que demuestra una atracción impor- tante de la arqueología. Por otra parte, el lado «oscuro» es el reclutamiento del profesorado con indicadores altísimos de endogamia, lo que genera falta de criticis- mo y el mantenimiento de redes clientelares (González Ruibal 2011). Y este punto, sin discusión alguna, es la piedra angular de todo el sistema universitario. La en- dogamia tiene su última explicación en la autonomía universitaria porque cada Comunidad Autónoma de- fiende ciegamente que su sistema universitario es bue- no y no sobra nada ni nadie; algo que a todas luces no es cierto y además bloquea así cualquier posibilidad de debate crítico y toma racional de decisiones. Otro as- pecto «oscuro» del sistema universitario es su rigidez, si no se flexibiliza seguiremos perdiendo contacto con la realidad arqueológica. Se tienen que conseguir fór- mulas de contratación rápidas, temporales y atractivas para que expertos de diversos campos de la arqueología de fuera de la academia puedan llevar sus conocimien- tos a los futuros arqueólogos. Esto es especialmente grave en el caso del CSIC, pero también lo es con el mundo de los museos, las empresas de arqueología y las administraciones.
Por otra parte, no contamos con estudios ni en- cuestas sobre lo que se percibe como relevante para desarrollar una carrera en arqueología, aunque alguna pista nos puede proporcionar una encuesta internacio- nal, con representantes de más de 30 países (Smith et al. 2015: 304 ss.) que identifica como habilidades más importantes la experiencia de campo (29,3 %), las pu-
blicaciones (17,7 %), y el trabajo en red (14,6 %). Pero las percepciones del valor relativo de las distintas habili- dades varía según los países.
En conjunto, el ingreso en los nuevos grados se si- túa en algo más de 200 estudiantes. Hace solo unos po- cos años que salieron los primeros graduados que, a pesar de todos los problemas, obtienen una formación aceptable, como comprueban cuando salen al extranje- ro. Algunas pocas universidades podrían implantar el grado por la plantilla docente pero no lo hacen porque temen no alcanzar un número suficiente de estudiantes y/o comprometer el futuro de otros grados [fig. 5]. En todo caso, a través de otras titulaciones —por ejemplo Historia y Humanidades— se siguen formando muchos arqueólogos en la mayoría de las universidades españo- las. La afluencia importante de estudiantes en los nue- vos Grados de Arqueología quizás este marcando la ten- dencia de que cada vez más estudiantes buscan estudiar un grado específico para ser arqueólogos. Aunque los problemas y puntos oscuros no son pocos de cara al fu- turo y es preciso reconocer las críticas (Almansa 2011) hay margen para un cierto optimismo y para confiar en las jóvenes generaciones de arqueólogos.
Los museos arqueológicos
Los últimos años del franquismo vieron el languideci- miento de los tradicionales museos arqueológicos, sin cambios notables ni en sus museografías y discursos ni en el aumento de interés de la sociedad por ellos (Her- nández 2010). Los últimos museos «refundados» al fi-
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