Page 49 - El poder del pasado. 150 años de arqueología en España
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El primer decenio del siglo xx ( 1900-1911 )
Mediante el Real Decreto de 18 de abril de 1900 se creó el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, una de cuyas primeras medidas fue la reforma de los estu- dios en las Facultades de Filosofía y Letras, con la crea- ción de la Sección de Historia, lo que ineludiblemente condujo al ministro García Alix a la supresión de la Es- cuela Superior de Diplomática, y el traslado del perso- nal adscrito a la misma a la Facultad de Filosofía y Le- tras de la Universidad de Madrid. En este mismo proceso de reforma, Juan Catalina García y López, Ca- tedrático de Arqueología y Ordenación de Museos, pasó a desempeñar la cátedra de Arqueología y de Nu- mismática y Epigrafía en la Universidad Central, a la par que director del Museo Arqueológico Nacional (en sustitución de Juan de Dios de la Rada y Delgado, quien había presentado la renuncia en 1900), cargos que compatibilizará hasta su fallecimiento en 1911.
Una de las primeras decisiones que tomaron los nuevos rectores del Ministerio de Instrucción Pública, fue la elaboración del Catálogo Monumental de España (López Yarto 2010), con la idea conocer el patrimonio de la nación, si bien el proyecto fracasó por la escasa preparación de algunas de las personas elegidas para llevarlo a cabo.
Dentro de este ambiente reformista, en 1907 se creó la Junta para la Ampliación e Investigaciones Científicas (1907- 1939). El Real Decreto de 18 de marzo de 1910 había creado, dentro de esta junta el Centro de Estudios Históricos (CEH), que tuvo una sección de Ar- queología, que comienza a funcionar a partir de 1914, bajo la dirección de Manuel Gómez-Moreno Martínez, y bajo cuya tutela se formaron Juan Cabré, Cayetano de Mergelina y Juan de Mata Carriazo y Arroquia. Igual- mente, dependiente del CEH se encontraba la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma (Olmos et alii, 2010).
También creó una política de becas para estancias en universidades del extranjero, en Alemania en su gran mayoría, de las que participarán personas como Pedro Bosch Gimpera, Antonio García y Bellido, Mar- tín Almagro Basch, Julio Martínez Santaolalla, Alberto del Castillo y otros (Díaz-Andreu 1996).
Pero se trata de un período caracterizado por la presencia de numerosos arqueólogos extranjeros en territorio español —A. Engel, P. Paris, E. Albertini, R. Thouvenot, J. Bonsor, A. Schulten, A.M. Huntington— que excavarán en numerosos puntos de la península ibérica, bien solos, bien en asociación con arqueólogos españoles: Los Alcores (Maier 1999), Osuna (Beltrán y Salas 2002), Almedinilla (1903), Elche (1905), Numan- cia (Blech 2002; Casado 2006) y Baelo Claudia (1907- 1921) (Rouillard 2002) son buenos ejemplos de estos trabajos, en muchos de los cuales aún predomina la
FIG. 21
Sala Hispaniae de la Mostra Archeologica en las Termas de Diocleciano, en el que se aprecian tanto la Bicha de Balazote como los Toros de Costitxt. Catalogo della Mostra Archeologica nelle Terme di Diocleziano, 1911.
arqueología filológica, cuya consecuencia será la inter- nacionalización de la arqueología española.
También es el momento en que se crea el primer centro permanente extranjero para el conocimiento de la arqueología española, el Institut des Hautes Études Hispaniques, posteriormente denominado Casa de Ve- lázquez (Delaunay 1994), al que se adscriben todos los investigadores y que dará el soporte necesario para el desarrollo de sus trabajos.
Frente a este hecho, los arqueólogos españoles, con menor preparación metodológica, todavía partici- pan de la arqueología anticuarista de la centuria ante- rior. También fue el momento en el que empiezan a aparecer diferentes movimientos políticos regionalis- tas, que se interesarán por la arqueología (Gracia y Cortadella 2007; Gracia Alonso 2013; Beltrán 2013).
Otro elemento de esa internacionalización fue la participación española en la Mostra Internazionale di Archeologia que se organiza en las Termas de Diocle- ciano de Roma en 1911 [fig. 21], siendo los encargados de la organización de la sección española José Ramón Mé- lida y Manuel Gómez Moreno, desde nuestro país y,
La etapa pionera de la arqueología española ( 1867-1912 )
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