Page 50 - El poder del pasado. 150 años de arqueología en España
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El imaginario de la primera Prehistoria Gonzalo Ruiz Zapatero. Universidad Complutense de Madrid y SEHA
La Prehistoria fue imaginada y re- presentada en grabados, dibujos y reconstrucciones artísticas del
mundo de la Humanidad primitiva an- tes de que los eruditos y estudiosos presentaran conclusiones científicas de los restos fósiles, las herramientas de piedra y los contextos de vida de las gentes del Paleolítico. Porque la propia arqueología, como ha señalado la ar- queóloga australiana S. Moser ( 1998 ), es una disciplina fuertemente visual. Y es que el casi todo el pasado prehistó- rico resulta, en gran medida, reducible a imágenes.
La Prehistoria del último tercio del siglo xix pretendía ser positivista y científica y por ello favoreció, por un lado, los dibujos realistas de objetos y piezas arqueológicas y, por otro lado, la fotografía. Esta última se consideró la forma más objetiva y rigurosa de presentar los materiales arqueológi- cos. Pero los vestigios arqueológicos que han sobrevivido a los estragos del tiempo son solo una pequeña parte de los mundos pasados y desaparecidos para siempre. Por eso la materialidad del pasado no proporciona una visión completa de las poblaciones prehistó- ricas. Existen lagunas, aspectos perdi- dos en el registro arqueológico que se tienen que rellenar con la interpreta- ción arqueológica, recurriendo a la analogía etnográfica y la etnoarqueo- logía. Interpretar es, en definitiva, acti- var la imaginación arqueológica, para ser capaces de pensar escenarios plau- sibles que mejor expliquen los datos arqueológicos ( Shanks 2012 ).
Las recreaciones artísticas son una manera poderosa de imaginar la Prehistoria pero los arqueólogos de las últimas décadas del siglo xix y los pri- meros años del siglo xx pensaron que no se podía conciliar el respeto y la fide- lidad a los datos arqueológicos con la creatividad y subjetividad de los dibu- jos de recreación. Por eso las ilustracio-
nes de reconstrucciones artísticas de los primeros homínidos solo encontra- ron acomodo en libros de divulgación ; como L’Homme Primitif de Figuier ( 1870 ), con los espléndidos grabados a plumilla de Bayard, que crearon un ca- non para las décadas venideras y en las páginas de revistas generalistas ilustra- das como The Illustrated London Re- view. Las publicaciones académicas se quedaban solo con los huesos fósiles y los instrumentos de piedra porque se entendía que las imágenes de recons- trucción de las poblaciones paleolíticas eran subjetivas y artísticas y, por tanto, no-científicas. El discurso científico es- crito se oponía claramente a la ficción gráfica « inventada ». Así la demarcación ciencia / popularización pretendía ser nítida y contundente [ fig. 1 ].
Pero habría que recordar que an- tes de contar con restos fósiles huma- nos hubo representaciones artísticas
de las gentes del más remoto pasado : las ilustraciones de escenas « antedilu- vianas » de comienzos de 1830. Una suerte de —aquí sí en sentido fantásti- co—, Prehistoria soñada o imaginada ( Mann 2003 ) que solo recientemente la lúcida obra de S. Moser, Ancestral Images ( 1998 ), ha analizado y disec- cionado en profundidad. Porque, a fin de cuentas, resulta cierto que los « hombres prehistóricos » fueron « in- ventados » antes de llegar a ser descu- biertos ( Stozkowski 2000 ). Y esas imágenes han sido muy poderosas, se copiaron y re-dibujaron con el conven- cimiento de que las imágenes de la Prehistoria remota la acercaban a los ojos de las gentes contemporáneas. Y de ahí saltaron al cine, los cómics, los manuales escolares, los cromos, la pu- blicidad y otras manifestaciones de memorabilia efímera.
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El poder del pasado: 150 años de arqueología en España
FIG. 1
Buster Keaton como cavernícola en el film Les trois âges ( 1923 ).