Page 25 - Barbieri. Música, fuego y diamantes
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FRANCISCO ASENJO BARBIERI. PENSANDO EN ESPAÑA
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vincit de Virgilio; y de pocos también con más razón podría repetirse lo que un céle- bre escritor decía, hablando de otro literato insigne, que el noble tesón obra maravi- llas y la fe hace que se remuevan de su asiento las montañas»18. Cotarelo admite que «su genio organizador y rápida ejecución eran proverbiales». Es importante añadir que el trabajo no es simplemente en Barbieri una manera de conseguir riqueza, sino una forma de luchar por sus ideales.
Existe un último aspecto de la personalidad de Barbieri sobre el que debemos me- ditar y es lo que podríamos denominar su ideario político. Barbieri es una persona, como corresponde a su formación intelectual, preocupado por la vida política. «Hablo de política a todas horas», le dirá a Bofarull, y en otra carta añadía: «Quisiera ahora echar con Vd. un párrafo de política (...) [pero] esto que llaman ahora política, sería bueno ahora a lo más para regar las huertas de San Beltrán (...) no hay más que esperar algún milagro que nos saque de estas cloacas en que vivimos». Sin embargo no es fácil definirle políticamente. Ángel S. Salcedo no duda en calificarlo de «progresista»19. En varios casos nos transmite claros juicios políticos. Uno de 1856 en que señala: «Para la formación de un Estado, la forma de gobierno es la república, mejor que otra al- guna»20. En otro, cuando describe los ataques que recibe su empresa del Circo en el periódico El Padre Cobos, señala: «Uno de los móviles que impulsaron su creación fue el de hacer una guerra sin tregua al Teatro del Circo y nuestra empresa, y sin más, particularmente al partido político llamado progresista». Es en su correspondencia con el archivero Manuel de Bofarull21 donde se explaya y deja las más claras y duras refe- rencias políticas: «Estoy muy contento y esperanzado, porque al ver la clase de gente que hoy lleva la batuta y al considerar la deliciosa división que se va haciendo de los pueblos de España voy acariciando la idea de llegar a verme cuando menos arzobispo de Fuencarral, o generalísimo de mar y tierra de la república de Canillejas». En 1894 añadía: «De esto que han dado en llamar política española, no digo a Vd. nada, por- que es un mal incurable como la tisis, y ya no hay más patriotismo que el hambre del turrón ni más entusiasmo que por campear o robar, ya sea con nombre de cantona- les o de carlistas, con cualquiera de los infinitos trapajos, que quieren elevar a la cate- goría de banderas». Y en el mismo año: «Aseguro a Vd. que cuando pienso en lo que está pasando me da vergüenza de ser español. ¡Y Vd. me pregunta qué opino de lo que ocurre!... Ya no hay ni siquiera medios hábiles de opinar nada, porque el español está tan rebajado y ha llegado a un punto tal de objeción, que por donde quiera que uno dirija sus vientos, no huele más que mierda (dicho sea con perdón)».
En su obra poética deja explícito su poco afecto a la monarquía, con expresiones duras contra Isabel II. Cuando en 1849 la reina da a luz, se celebran en La Granja unos fuegos para celebrar el acontecimiento. Barbieri escribe una poesía titulada «Iluminaciones», en la que escribe: «No ha de anunciarse en Castilla / a una Reina como a un toro...». En otra carta a Bofarull dedicaba estas palabras a la corte isabe- lina: «Almacén de vagos intrigantes y de malversadores del tesoro real».
Es errónea, por tanto, la afirmación de Sopeña: «De Barbieri se sabía su monar- quismo». Es cierto que es invitado a palacio por la reina María Cristina y para ella es- cribe su Tanda de Rigodones, sobre Jugar con fuego, que se relaciona con una larga
18
J. Ma Esperanza y Sola: «Barbieri», La Ilustración Española, 28-2-1894.
19
Legado Barbieri, Mss. 14.006/1-18.
20
Francisco Asenjo Barbieri: Crónica de la lírica española... p. 68.
21
La correspondencia con Bofarull está publicada en Francisco Asenjo Barbieri: Documentos sobre música española... n. 1014-1048.





















































































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