Page 23 - Barbieri. Música, fuego y diamantes
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FRANCISCO ASENJO BARBIERI. PENSANDO EN ESPAÑA
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Francisco Asenjo Barbieri: «Carta a un joven compositor», El Imparcial, 18-2-1878.
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Hemos publicado la producción poética de Barbieri en el segundo volumen de nuestra obra, Francisco Asenjo Bar- bieri. 2. Escritos, pp. 135-212.
sostiene con Ruperto Chapí aconseje al joven composi- tor ante todo una buena preparación intelectual: «Lea Vd. buenas obras poéticas; visite con frecuencia los mu- seos de pintura y escultura; estudie en fin, las grandes obras del ingenio humano, de cualquier clase que sean, y aprenderá Vd. en todas ellas a hacer música de ver- dadera belleza. Sobre todo no olvide Vd. nunca el sabio precepto de Horacio Omne tulit punctum qui miscuit utile dulci»15. Entendemos que Menéndez Pelayo va- lorase de manera especial su «erudición», realidad que según él «anda tan desvalida en España».
En Barbieri como en Schumann, Berlioz, Liszt o
Wagner, se borran las líneas divisorias entre las res-
pectivas artes, especialmente música y literatura de-
bido a su natural versatilidad. Nos encontramos con una
mente que se expresa de mil maneras. En primer lugar,
desde luego, como músico. Barbieri fue crítico musical
y periodista hábil como lo fueron Schumann o Berlioz.
Realiza esta labor en La Ilustración, Las Novedades y
en varios otros periódicos, en los que coincide con Sil-
vela, Cánovas del Castillo, Ossorio Bernard, Modesto
Lafuente y Benito Pérez Galdós. Fue un magnífico po-
lemista, como Wagner o Berlioz. Gran erudito y en-
sayista, como Liszt, el «perfecto músico cultivado», e
investigador de la historia de la música y del teatro como
Wagner. Dejó escritas cerca de cien poesías16 que va
desgranando desde su estancia en Salamanca en 1845, y
varios libretos, entre ellos Felipa, Numancia o Los amantes de Teruel. Finalmente, amó el estilo epistolar y legó en miles de cartas un rico y nutrido pensamiento, so- bre la vida, el mundo y los hombres, a veces lleno de humor e ironía, otras de sar- casmo. Hay que esperar a la llegada de Manuel de Falla para encontrarnos con un compositor con tal producción epistolar.
No se puede entender a Barbieri sin estas perspectivas. Precisamente por ello, la gloria y el respeto que le rodean no provienen solo de su acción en el campo mu- sical. Es igualmente respetado como crítico, por sus aportaciones a la historia lite- raria en torno a Lope de Vega o Juan de la Encina, por sus poesías o como escritor de raza, lo que le vale la coronación como miembro de la Real Academia Española, caso único en un músico español, donde defendió su entrada con el discurso «La música en lengua castellana».
Podemos decir que es de los pocos músicos en los que una faceta no empañó la otra, y no se puede entender sin ambas. Han sido escasos los compositores que han transcendido en la historia por su labor musicológica y menos aún, los musicólogos que lo han hecho por su labor de compositores, sin que ambas realidades se estorbasen.
Litografía de Barbieri, de José Vallejo, ca. 1856. BNE [cat. 85].