Page 24 - Barbieri. Música, fuego y diamantes
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BARBIERI. MÚSICA, FUEGO Y DIAMANTES
Borrador de un zortzico enviado por Barbieri a Sarasate, 1886.
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Emilio Casares: Francisco Asenjo Bar- bieri 2. Escritos, p. 186.
Barbieri pertenece a lo mejor de la musicología del xix, pero también a la cumbre de nuestra creación musical. Hay que afirmarlo de manera tajante: es uno de los más grandes músicos del teatro musical del ochocientos europeo, y, por supuesto, de la historia musical española.
La realidad anteriormente expuesta nos lleva a contemplar otro rasgo de su per- sonalidad. Hemos aludido en páginas anteriores a la «laboriosidad» y la «extraordi- naria actividad del músico». Barbieri tenía una gran facilidad para la composición, pero la cantidad de empresas teatrales en las que estuvo implicado, le privó en nu- merosas ocasiones de la tranquilidad necesaria para esa labor. Solo una gran facili- dad y un dominio técnico portentoso le permitieron realizar una obra tan magna. Sabedor de que era públicamente reconocido como un gran trabajador, se permite ironizar y señala la «pereza» como su cualidad más destacada, cuando manifiesta las que definen a cada uno de los amigos compositores con los que llevó a cabo la bata- lla a favor de nuestra música. En un conocido epigrama, «Corolario», fechado el 19 de septiembre de 1875, nos dará una visión más realista de esa destacada cualidad:
Si hay alguien que con descoco quiera darme un varapalo por mi trabajo de loco, podrá decir que fue malo, mas no dirá que fue poco17.
Su presencia en cualquier proyecto aseguraba su ejecución eficaz debido a una natural capacidad de acción. Esperanza y Sola lo señalaba a su muerte: «Pocos como Barbieri pudieron poner por lema al frente de su modesta vivienda el labor omnia