Page 21 - Barbieri. Música, fuego y diamantes
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FRANCISCO ASENJO BARBIERI. PENSANDO EN ESPAÑA
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 Doña Petra abandonará la viudedad tiempo después contrayendo segundas nupcias con don Luciano Martí- nez, prestigioso catedrático de Ciencias Exactas y gran enólogo, autor de obras como la Cartilla metalúrgica, (1840) y Manual para la fabricación de vinos y modo de remediar sus alteraciones (1848), y director de la re- vista Semanario Químico Artístico (1847). Aquí encon- tramos el origen de la pública afición de Barbieri al vino, quién versado en enología fue escogido en 1877 como jurado suplente de la Exposición Nacional Vinícola.
Barbieri escribió con humor sobre su origen:
Es el caso que mi madre encomendó el asunto a uno de esos apreciables señores que viven de li- najerías, y al traer éste la información en toda re- gla, dijo que se había visto muy apurado para salir airoso de su empeño, porque si bien por uno de mis apellidos encontraba muy clara mi descenden- cia en línea recta del conde Fernán González de Castilla, por el apellido Asenjo me había encon- trado descendiente, también en línea directa, del rey moro de Granada Muley Hacem11.
En este ambiente, desde luego selecto y único se
forma Barbieri. Su madre y su abuelo se preocuparon
de que perteneciese a ese escaso número de hombres de
su época que recibían formación, a pesar de que la Constitución de 1812 había dis- puesto la universalidad de la enseñanza, completada por el primer Reglamento ge- neral de instrucción pública de 1821.
Barbieri ingresará a los siete años en la escuela del célebre maestro don Diego Narciso Herranz y Quirós, con el que termina en breve tiempo los estudios de pri- mera y segunda enseñanza. Será internado después en el convento de Santa Cruz de los Trinitarios Descalzos de La Mancha, donde estudia latín, retórica y poética, y donde se gesta la base del escritor, dominador de latines y de la literatura española.
Vuelto a Madrid se matricula en la carrera de medicina y posteriormente en la de ingeniería estudiando física y química, sin duda por indicación de su padrastro. Finalmente lo hace en la Escuela de Arquitectura, que también abandona. Lo que marcó su vida, definitivamente, fue la entrada en 1837 en el Real Conservatorio Su- perior de Música de María Cristina como alumno de clarinete de Ramón Broca y de composición del gran Ramón Carnicer a quien denominará «mi maestro» y con quien le unirá una relación casi filial.
Todas estas circunstancias marcaron la vida de Barbieri, que aparece desde su ju- ventud como un músico peculiar. Será un gran lector de los clásicos españoles a los
Ramón Carnicer, profesor de composición de Barbieri, 1836. BNE [cat. 7].
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Francisco Asenjo Barbieri: Las casta- ñuelas. Estudio jocoso dedicado a todos los boleros y danzantes / por uno de tantos, Madrid, Imp. de José M. Du- cazcal, 1879.




















































































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