Page 18 - Barbieri. Música, fuego y diamantes
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BARBIERI. MÚSICA, FUEGO Y DIAMANTES
 Joaquina Peñalver, esposa de F.A. Barbieri. BNE [cat. 10].
desprendido, que realizaba frecuentes préstamos y repartía ayudas a presos y ami- gos en dificultades económicas. En 1859, cuando se deshace la Sociedad del Tea- tro de la Zarzuela, recibe nada menos que un cuarto del valor del teatro, lo que era una enorme renta en el momento. Estuvo atento no solo a la defensa de sus intereses sino también a los de la clase musical. A su muerte se estimaron sus posesiones en 1.400.000 reales en valores y 120.000 en efectivo, que desde luego era una suma mínima al lado del valor de su legado de libros. En la prensa española y extranjera se señala además que ha dejado un tesoro de 2.000 monedas de oro.
De no menos interés humano fue el mundo femenino que le rodeó. Estuvo muy unido a su madre, y su numerosa correspondencia nos permite asegurar que tuvo una intensa vida amorosa. Él, que se definió como «adorador del bello sexo», sin duda lo fue.SinquepodamosdecircomodeWagnerque«eleternofemenino»fuerasufuente de inspiración primordial, ciertamente tuvo una gran importancia en Barbieri. En su conferencia sobre La música y la mujer señalaba a ambas como sus dos grandes amores: «A fuer de músico entusiasta y admirador constante del bello sexo, nunca podré dejar de responder al llamamiento que se me haga en nombre de la Música y
de la Mujer, siendo, como son, entrambas, como si dijé- ramos, la síntesis de la belleza ideal, que hace el encanto de mi existencia»8. Sus fuertes convicciones religiosas no le impidieron una vida amorosa intensa y quizás una doble moral muy de la época, reflejada en sus «Poesías pornográficas»9. A las mujeres dedica frecuentemente sus escritos poéticos. Del año 1844 datan los primeros documentos sobre su vida sentimental, detectados en las cartas apasionadas con Vicenta Ocón, que parece su pri- mer amor. El forzado abandono de su puesto de trabajo en el Liceo de Salamanca en 1846 parece relacionado, según una significativa carta de Miguel Periáñez, con la decisión de «poner límite en lo que en su vida privada pudiera hacerle incompatible con el decoro que exige el cargo de maestro de señoritas». De los años cincuenta son sus amores con su primera novia formal, Pilar Acedillo y Gamarra, fallecida en 1857, con la que mantiene una correspondencia amorosa. Existen otras aventuras que jalonan su vida pero sin la importancia que tuvo esta.
Conocido como soltero empedernido, salió de esta situación a la avanzada edad de cincuenta y un años casándose con Joaquina Peñalver y de la Sierra, hija del po- lítico y escritor José Peñalver, su tardía esposa que logró poner orden en su vida. Barbieri aceptará en su casa también a su suegra, doña Ramona, mujer de fuerte ca- rácter que tendrá un importante papel familiar en la vida de la pareja, aunque no como el de doña Petra, su madre. Por las cartas de Bofarull sabemos que Joaquina y su madre estaban en buena situación social, veraneaban en Hendaya, tomaban aguas en el Pirineo y tenían abundante servicio en la casa. El matrimonio transforma de
 Bandurria de Barbieri. Colección de Paloma Sánchez y Carlos e Ignacio Corrales [cat. 4].
8
Francisco Asenjo Barbieri: La música y la mujer, Madrid, 1869.
9
Emilio Casares: Francisco Asenjo Bar- bieri. 2. Escritos, pp. 135-209.























































































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