Page 52 - Anuario AC/E de cultura digital 2024
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acuerdos como una violación de la ley de los derechos de autor. Plataformas como Spotify
o YouTube tienen una responsabilidad legal y ética para evitar el uso de sus servicios de forma que perjudiquen a los artistas». Eso sí, algunas versiones siguen estando disponibles.
Lo mismo le ocurrió al rapero Eladio Carrión con su canción conocida como Mi primera chamba, una parodia de uno de sus mayores éxitos, Si la calle llama, que ha sido todo un fenómeno viral, solo que en este caso el propio artista se lo tomó con humor e incluye esa parodia en sus concier- tos, donde bromea con el público: «Se la saben más que la original».
Pero el caso más sonado ha sido el del denomi- nado por la revista Forbes en 2023 como «Rey del Pop» (con el consiguiente cabreo de los fans de Michel Jackson), Bad Bunny.
Un usuario FlowGPT que reprodujo de manera artificial la voz del artista puertorriqueño lanzó NostalgIA, un tema de reguetón que ha sido uno de los mayores fenómenos virales del año en TikTok y que en pocos días ya contaba con más de un millón de reproducciones en Spotify.
En este caso, Bad Bunny se lo tomó peor que los fans de Michael Jackson por su nuevo título de Rey del Pop. «Si a ustedes les gusta esa mierda de canción que está viral en TikTok,6 sálganse de este grupo ahora mismo, ustedes no merecen ser mis amigos. No los quiero en la gira tampoco», escribió en su canal de WhatsApp.
¿Cuál es la moraleja de todo esto? Si eres un ar- tista y compruebas que tu público disfruta de las canciones creadas por IA tanto o más que de las que has creado tú (o tu equipo), para empezar di adiós al miedo por un bloqueo creativo y para continuar plantéate si necesitas pagarle el sueldo a todo ese equipo de productores y composi- tores. Total, a mis fans les da igual y no tienen por qué enterarse. Y, lo que es mejor, aunque se
6 https://www.lavozdegalicia.es/temas/tiktok
enteren es muy posible que les importe tanto como el hecho de que en tus conciertos toda la música sea pregrabada: nada.
La cuestión es: ¿podría esto afectar la creatividad y originalidad en la música? Algunos dicen que
sí, que las canciones generadas por IA podrían volverse como collages que utilizan las mismas imágenes, pero dispuestas de diferente forma,
y perder la autenticidad de una interpretación humana.
Como en el caso de la producción, la IA también podría democratizar la profesión de compositor. La música generada por IA no es magia negra, aunque a veces lo parezca. Se trata de algoritmos entrenados con toneladas de datos musicales, desde grabaciones de instrumentos reales hasta el sonido de lluvia cayendo sobre el asfalto.
Estos algoritmos son como chefs culinarios digitales, creando delicias musicales en tiempo récord y con el toque exacto de originalidad.
Y la velocidad es clave aquí, pues los algoritmos de IA pueden componer una sinfonía antes de que un compositor humano pueda sacar de su cabeza un acorde. Pero la magia no se detiene ahí. Estos algoritmos pueden adaptarse a cual- quier estilo y género, creando piezas únicas y originales que dejarían al mismísimo Mozart a la altura de un amateur.
Vayamos más allá, porque la IA, además, no solo te compone una obra, sino que también analiza patrones en la música ya grabada. ¿Quieres saber cómo se construye un género o un estilo musical específico? Es como tener a Einstein en versión electrónica, pero en lugar de resolver enigmas
de física cuántica, descubre los secretos de las canciones.
¿Y qué nos depara el futuro? Pues bien, algunos visionarios se preguntan si las demos generadas por IA podrían convertirse en la fase final del proceso creativo. ¿Imaginan un mundo donde los artistas solo tengan que dar el visto bueno a
EL IMPACTO DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN EL CONSUMO DE MÚSICA... · MAURO CANUT
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