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Manel de Aguas, quien se ha hecho instalar unas aletas que le proporcionan información meteo- rológica. Son artistas que actúan sobre su propio cuerpo para producir una performance. Algo similar sucede, por ejemplo, en el body painting. Los medios que emplean son obtenidos a partir de instrumentos tecnológicos. Nada tiene esto que ver con ningún tránsito hacia una condición posthumana, sino con la construcción perfor- mativa de personalidades que generan interés público. De nuevo: están tan lejos del cíborg, como Perpiñán del centro del universo. Y, por cierto, tanto sentido tiene el término «cíborg» como la expresión «centro del universo». Este género de performances suscitan un interrogante: ¿estamos ante un tipo de arte valioso? Pregunte- mos a la crítica de arte.
Algunas personas que se reclaman cíborgs son artistas que actúan sobre su propio cuerpo para producir una performance.
Un argumento de peso a favor de la hermenéu- tica que propongo lo encontramos en la profusa interacción entre el TH y las más diversas modalidades artísticas.21 Curiosamente —o no tanto—, la propuesta transhumanista de Julian Huxley es contemporánea de la distopía clásica Un mundo feliz (A Brave New World), ingeniada
21 Dejo aquí al margen la reflexión sobre una posible mecanización de la creatividad artística. Es una reflexión hoy día muy necesaria, pero nos llevaría demasiado lejos del tema de este artículo.
por su hermano Aldous Huxley. A partir de
ahí, la tradición transhumanista ha inspirado numerosísimas obras de arte, muchas de ellas formuladas en tono crítico para con el proyecto de tecnotransformación del ser humano. Autores como Isaac Asimov o Arthur C. Clarke, por citar solo dos de entre los más señeros, han explorado con maestría este filón novelístico. Otros géne- ros literarios, como la poesía, se han interesado por los horizontes tecnofuturistas y por la consiguiente mutación de lo humano.22 El cómic, en sus distintas variantes, desde los álbumes
de superhéroes al estilo Marvel hasta el manga
y el anime, ha constituido un foro habitual de exploración de universos transhumanistas. Sirvan como ilustración los títulos Ghost in the Shell y Evangelion.
Por supuesto, el aroma del TH se percibe en un buen número de obras cinematográficas: desde la elegantísima Gattaca hasta filmes ya legendarios como 2001: Odisea en el espacio, Matrix o Blade Runner, pasando por otros de diversa valía, como Avatar, Downsizing, The island y un largo etcétera. Lo mismo ocurre en el mundo de las series tele- visivas, con piezas como Black Mirror, Years and Years o H+: The Digital Series, entre otras muchas. Aun dentro de lo audiovisual, no podemos olvidar la presencia de videojuegos que se desarrollan en mundos abiertamente transhumanos. Es el caso de la saga Deus Ex o del universo Cyberpunk 2077. Tampoco las artes escénicas son ajenas al influjo transhumanista. Podemos detectarlo, por ejem- plo, en distintos proyectos de danza interactiva con robots, como ABB Robotics – Dancing with Robots23 o el espectáculo coreográfico Huang
Yi & Kuka.24 En las artes plásticas encontramos, asimismo, casos de inspiración en horizontes antropotécnicos, como el de la escultura de Filip Custic. De hecho, las antropotecnias están
22 Sobre poesía de inspiración transhumanista véase
https://www.poetrysoup.com/poems/best/
transhumanism.
23 https://www.youtube.com/
watch?v=Meh2NTdaK-k
24 https://youtu.be/Yye7EgKSHyM
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