Page 20 - Anuario AC/E de cultura digital 2024
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técnico se dan grandes zonas de solapamiento entre ciencia y arte. Las ingenierías y las diversas variantes del diseño presentan aspectos científi- cos y artísticos que son difícilmente deslindables. La arquitectura ha sido pensada históricamente como una de las artes y también como un campo apto para la aplicación de la ciencia. Damos, asi- mismo, con zonas de solapamiento en el dominio de la medicina, que requiere ciencia y que desde muy antiguo fue llamada también arte o techne. Pensemos, además, que hoy día numerosos tipos de producción artística y científica están me- diados por las mismas o parecidas herramientas tecnológicas de tipo digital y que, por añadidura, se dan múltiples aplicaciones de las tecnocien- cias a la propia producción artística.
Una vez aclarado el contenido del campo semán- tico de lo técnico, en sus diversas variedades, emerge con claridad la existencia de un complejo tejido de relaciones entre lo propiamente téc- nico, lo científico y lo artístico. Nótense ahora las relaciones que el TH mantiene con la innovación tecnológica, las apelaciones que hace al cono- cimiento científico, así como la inspiración que ha podido proporcionar a la creación artística en campos muy diversos, como el cine, la literatura, las artes escénicas, las performances...
Si queremos entender, pues, la posición cultural del TH, tendremos que situarlo dentro de este nuevo tejido de convergencia ACT. En el mo- mento en el que alguien propugna la interven- ción tecnocientífica profunda sobre el propio ser humano, se embarca en una tarea poética. Dicho de otro modo, quizá la mirada más perspicaz sobre el TH sea aquella que adopta el punto de vista de la crítica de arte. Tratemos, en lo que sigue, de profundizar en esta sugerencia.
7. Una hermenéutica para el cíborg
El TH resulta ser uno de esos lugares de cruce
y de conexión entre arte, ciencia y técnica. Lo interesante ahora sería identificar la clase de conexión de la que hablamos. Ya se ha aclarado más arriba que el TH no es ciencia ni tecnología. Los productos clásicos de los centros de difusión del TH se parecen, en principio, a los informes y recomendaciones de cualquier think tank o lobby al uso. Da la impresión de que su objetivo es influir sobre las políticas, sobre la configuración social y antropológica. Para ello, hacen apelación a los posibles desarrollos tecnocientíficos futu- ros, que, obviamente, no esperan producir ellos mismos.
Pero se trata solo de una primera impresión.
El futuro al que apela el TH ya es, en buena medida, pasado. Desde los primeros textos de Julian Huxley han transcurrido más de cien años. Esfandiary se hacía llamar FM 2030. Y este año
TRANshUMANIsMO y CULTURA. UNA hERMENéUTICA PARA EL CíbORG · ALfREDO MARCOs
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