Page 186 - Anuario AC/E de cultura digital 2018
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150 carteles con códigos QR instalados en la red de metro de la capital moscovita. Estas estante- rías virtuales, que muestran el lomo de los libros, invitan a los usuarios a utilizar sus smartphones o tabletas para descargar ebooks de su interés.
La capital china se suma a la oferta de lectura digital en las redes de metro. Así, como en el caso de Moscú, a los viajeros del suburbano de Pekín se les facilita el acceso gratuito a 70 000 ebooks que pueden descargar en sus dispositivos móviles mediante códigos QR situados dentro de los va- gones. La iniciativa parte de la Biblioteca Nacional de China y busca aumentar el índice de lectores aprovechando las ventajas que ofrece el desarrollo tecnológico y el interés que la población china muestra por la lectura digital a través del móvil.
También en el metro de Pekín se da acceso a audiolibros digitales a través de la iniciativa de la plataforma de audiolibros igetget en una ambi- ciosa campaña por difundir este tipo de lectura basada en grabaciones sonoras. Sorprende al viajero que determinados vagones del metro estén empapelados con imágenes de lomos
de libros. Esos paneles son los que invitan a la descarga de los audios mediante el escaneo de los códigos QR que contienen.
Cambiando de coordenadas geográficas en- contramos experiencias similares. En este caso, el programa Metro Reads echó a andar en la ciudad de Nueva York y a través de él los usuarios de su red de metro pueden acceder de forma completa o parcial a ebooks para así amenizar el trayecto. Las obras contenidas en el catálogo de Metro Reads están disponibles a través de una página web adaptada a su consulta y lectura a través de los dispositivos móviles, teléfonos y tabletas, para los que está adaptada su lectura. La iniciativa se puso en marcha con carácter temporal, pero merecería tener un gran trayecto sin estación final.
No solo en los transportes colectivos se pueden encontrar experiencias que acercan la lectura di- gital a los viajeros; también dentro de un taxi se
puede leer en papel y en pantalla. Esta experien- cia llega de Colombia de la mano de la aplicación Easy Taxi, implantada también en otros países. Parte del servicio inicial de bibliotaxis, que venía proporcionando a los usuarios de esta red de taxis lecturas en papel y que decidió ampliar la oferta introduciendo la lectura digital.
De esta manera la multinacional de comunica- ciones otorga un carácter de bibliotecas móviles virtuales a los taxis de Bogotá, que en el lanza- miento de la experiencia hicieron circular por las calles de la capital colombiana más de 3500 libros impresos y 100 000 obras digitales. En relación con los libros digitales, el pasajero puede des- cargar a su dispositivo móvil las obras mediante un código QR que le facilita el bibliotaxi en la relación de obras disponibles.
Y de los ebooks en taxis damos el salto a la escucha de audiolibros en los vehículos particulares
Del ámbito público pasamos al privado con la app de audiolibros Audiobooks.com202, que recientemente se ha aliado con Android Auto con vistas a aprovechar las expectativas de conectividad de los automóviles a la Red con la posibilidad de dar entrada al uso de diferentes apps en ruta. Se espera que más de sesenta millones de vehículos particulares estén en unos años disfrutando de esta posibilidad, incluyendo la escucha de audiolibros mientras se conduce.
Al proyecto se han unido como asociadas
un amplio número de reconocidas firmas del automóvil, entre las que se encuentran los fabricantes Acura, Maserati, Volkswagen, Audi, Chevrolet, Chrysler, Dodge, Honda, Hyundai, Jeep, Mazda, Nissan, Subaru y Volvo, entre otras. La aplicación Audiobooks.com está disponible en las dos principales plataformas, tanto para iOS como para Android.
Y cerramos este tour de buenas prácticas con lec- turas digitales de altos vuelos como la colección
LOS ESPACIOS Y LAS BUENAS PRÁCTICAS
El lector en la era digital