Page 167 - Anuario AC/E de cultura digital 2018
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Generar experiencias, despertar la curiosidad y estimular la conversación en torno a la lectura en el contexto digital
El acto de leer está estrechamente ligado al
de pensar y vinculado de forma directa con la comunicación, con hablar, dialogar y compartir, como ya hemos visto. Diálogo del lector con los textos primero y de ahí consigo mismo y con
los otros. Conjugar de forma equilibrada estos infinitivos es clave para ejercitarse plenamente como lector crítico capaz de comunicar de forma argumentativa. Como nos recuerda el físico Jorge Wagensberg, «un mismo individuo es capaz de hacer dos cosas: pensar y hablar. Un chimpancé piensa más que habla y un loro habla más que piensa».
La lectura, la reflexión y el diálogo se alimentan a su vez de la curiosidad, y en el contexto digital encontramos muchos estímulos para darle rienda suelta y despertar el afán de querer saber más. El reto está en hacer que la lectura sea
una experiencia significativa y excitante para que no sea desbancada por otras alternativas a raíz de la fuerte competencia por el tiempo de ocio del ciudadano que existe en la sociedad digital. En este sentido cobra importancia lo que se conoce como la «economía de la atención», concepto que gana relevancia a medida que la información crece en tamaño y accesibilidad y en consecuencia la atención se reparte y escasea ante las múltiples opciones de actividad que la demandan.
La lectura y el lector social
El factor de socialización está muy presente en el entorno de la lectura digital, aunque no es ex- clusivo de la misma; también la lectura impresa, aunque concebida como un acto eminentemente solitario en su fase principal, tiene en su aspecto social un factor importante de motivación, estí- mulo, enriquecimiento y refuerzo de los hábitos
lectores. La socialización se constituye así como un elemento que actúa como líquido amniótico que propicia el contacto entre los lectores y favorece la germinación de actitudes positivas hacia la lectura, el estímulo y el refuerzo entre pares. Esa socialización hoy, en el entorno digital, redobla su intensidad y multiplica el alcance de su acción a través del conjunto de posibilidades que encierra la llamada lectura social.
La lectura es una actividad reflexiva y reactiva
en el sentido de que provoca en el lector una actividad interna o lo induce a la realización de determinadas acciones externas. Las notas, seña- les y subrayados que permite el formato impreso, con un carácter más cerrado en el entorno del propio lector, devienen en una práctica colabo- rativa en la lectura digital. Así, con el uso de las redes sociales se transforman las formas de leer y emerge el lector social, protagonista de una lectura social que adquiere mayor consistencia
y significación en el contexto digital. Las redes sociales actúan como caja de resonancia de
las obras, aproximan las figuras del autor y del lector, y generan flujos de información comple- mentarios, así como dinámicas de intercambio y creación en torno a una obra.
Como indican los expertos, en esta interacción que caracteriza la lectura digital y que se pro- duce a través de las redes sociales, el proceso de lectura experimenta interesantes modificaciones «[...] en el sentido en que esta no constituye un hecho aislado e intransitivo en el que la inter- pretación reviste un carácter autónomo, sino que se inscribe en un entorno de relaciones y conversaciones en el que el autor y otros lecto- res protagonizan los sistemas de decodificación y colaboran en ellos»157.
La lectura digital se vuelve más transitiva y contribuye así a crear vínculos entre personas
y tejer tramas que favorecen la convivencia, la comunicación y el aprendizaje del conjunto de la comunidad.
ANUARIO AC/E DE CULTURA DIGITAL 2018
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El lector en la era digital