Page 134 - Anuario AC/E de cultura digital 2018
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«Siempre he defendido que se lea lo que le dé a uno la gana; las puertas del palacio de la litera- tura son múltiples, y tú puedes entrar por la que quieras, siempre que entres queriendo. Y si se entra por la puerta de Harry Potter, pues per- fecto, pero que se entre requerido por el placer», afirma Fernando Savater55. Eso sí, una vez dentro, habrá de ser el mediador el que intente guiar
al lector más allá para que construya un rico y provechoso itinerario de lecturas.
Gustavo Martín Garzo hace también una alusión alineada con esta idea cuando se refiere al lector como «alguien que [...] no busca un mayor conocimiento de sí mismo, o del mundo, sino [que se mueve] llevado por un movimiento de fascinación»56. Y es precisamente esta fascina- ción aludida por Martín Garzo la que los media- dores hemos de buscar, encontrar o provocar para atraer al lector hacia las distintas formas de lectura que no están tan presentes en su día a día y con las cuales va a necesitar familiarizarse para formarse y crecer como lector.
Lo que puede hacer la tecnología por los lectores con necesidades especiales
La tecnología, con la gran oferta de lecturas que pone a nuestro alcance y su enorme variedad, puede ser, tal y como acabamos de apuntar
en el epígrafe anterior, una gran aliada en la promoción de la lectura (en papel y digital) entre el conjunto de la sociedad, pero además puede ser la perfecta compañera de camino para los lectores con necesidades especiales. Tanto en los casos de personas con alguna dificultad para sos- tener un libro en papel o para pasar sus páginas, a las que ofrece todo un universo de lecturas en menos de 200 gramos a golpe de «clic», como si se trata de otra serie de limitaciones que vere- mos a continuación.
La dislexia, enemiga silenciosa de la práctica de la lectura
Uno de los principales problemas de acceso
a la letra impresa es la dislexia. Hasta donde sabemos, es una alteración de origen neurológico ligada a la herencia. Se trata de un trastorno de carácter persistente y específico que provoca problemas en el aprendizaje de la lectoescritura. Se da en niños que no presentan ningún hán- dicap físico, psíquico ni sociocultural y afecta a su desarrollo cognitivo. Además, tiene un gran impacto en aspectos emocionales y sociales. En la actualidad, afecta aproximadamente al 5-10 % de los niños y adultos; es decir, a millones de personas en todo el mundo. En España, solo en el entorno escolar unos 700 000 alumnos son disléxicos.
Las personas que padecen dislexia tienen dificul- tad para relacionar letras y sonidos y descifrar palabras aprendidas; invierten letras, números y palabras; confunden palabras que se asemejan fonéticamente; tienen niveles de comprensión lectora pobres, etc.57 Por tanto, es uno de los grandes detonantes del fracaso y el abandono escolar en nuestro país (se estima que el 40 % del fracaso escolar en España está provocado por la dislexia58), donde todavía no hay políticas específicas para combatir este trastorno59.
La tecnología está siendo una aliada muy valiosa en la detección y el trabajo de la dislexia. A través de la aplicación Dytective for Samsung60, por ejemplo, se puede detectar este trastorno en cuestión de minutos con una precisión del 90 %. La herramienta, desarrollada por Change Dys- lexia a partir de una investigación llevada a cabo en la Carnegie Mellon University en colaboración con otras universidades, es gratuita y multipla- taforma, e integra en un test juegos lingüísticos y de atención con inteligencia artificial para
la detección temprana del riesgo de dislexia. Change Dyslexia son también los creadores de DytectiveU, una herramienta para trabajar la dislexia.
 LOS LECTORES
El lector en la era digital




















































































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