Page 133 - Anuario AC/E de cultura digital 2018
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el trabajo, cuando nos enfrentamos a nuestras diferentes responsabilidades cotidianas. Y, por supuesto, cada vez que cogemos el móvil, aun- que sea para leer un mensaje de WhatsApp.
Aunque también es cierto que no todos los
tipos de lectura suscitan el mismo grado de interés entre los lectores. En la era digital, los contenidos en formato audio y vídeo superan con creces, por ejemplo, a los textos, y subiendo. Así como es cierto también que cada lectura,
en papel, en pantalla, en formato audio, tiene unas particularidades y requiere, por tanto, de diferentes habilidades y destrezas, que hemos de desarrollar para convertirnos en lectores autó- nomos y críticos capaces de desenvolvernos con soltura en la sociedad actual.
Un interesante espacio de reflexión en torno al lector digital, centrado en el público infantil, es el del Grupo Gretel de la Universitat Autònoma de Barcelona, que dirige la profesora Teresa Colomer. Dentro del grupo, con Mireia Manresa a la cabeza, Marina Fitipaldi, Lucas Ramada
y otros investigadores llevan a cabo estudios centrados en la nueva ficción digital que se crea en torno a la literatura infantil y juvenil, abor- dando el análisis del discurso y sus incidencias en la formación del lector literario.
Durante tres años este grupo desarrolló el proyecto de investigación «Literatura infantil y juvenil digital: producción, usos lectores, recep- ción y prácticas docentes»52, en el que se analiza la recepción de las narrativas digitales por parte de los jóvenes lectores. Es esta una vía esencial para conocer más a fondo las nuevas narrativas en relación con los lectores y profundizar en las claves de la lectura digital.
Como apunta Mireia Manresa Potrony:
La configuración de un producto literario con características distintas a la ficción tradicional introduce cambios en la manera de leer literatura por parte del lector y a su vez obliga a los media- dores a indagar en las estrategias más adecuadas
para acompañar al receptor en este tipo de lectura. Las nuevas formas de la ficción electrónica, aunque presentan una especificidad notable frente a otras manifestaciones digitales, se sitúan plenamente en el paradigma cultural y comunicativo actual que permite acceder al conocimiento, interaccionar con otros, comunicar las ideas propias o informarse en un mundo virtual y virtualizado, pero que a la vez convive con el mundo analógico.53
También se intenta responder a la pregunta
de cómo leemos en la sociedad digital en un reciente informe presentado por la Fundación Telefónica en un intento de aproximación a
los lectores de hoy por parte de un interesante plantel de expertos que miran la cuestión desde diferentes ángulos.
En su presentación se destaca como el panorama de la lectura cambia a la velocidad de la luz y como
de esta forma aparecen diversas y plurales nuevas formas de leer que se suman a la lectura individual. La lectura se hace más social, holista, activa, afectiva y corporal; marcada por una relación indisociable con la escritura, la interactividad, la sociabilidad, la imagen, la oralidad, el ritual, la educa- ción sentimental, el espacio cotidiano, la movilidad, la proliferación de dispositivos, la fragmentación de los tiempos y la multiplicación de ocasiones y motivos para leer.54
Apunte final sobre las dimensiones que puede adquirir la promoción de la lectura en la era digital
Es un hecho que esta base global de lectores y esta variedad y disparidad en la oferta de lectu- ras disponible genera múltiples tipos de lector, pero, a la par, también ofrece un enorme abanico de posibilidades para la promoción de la lectura en la era digital (para generar el tránsito de uno a otro soporte o formato, para motivar un esfuerzo añadido a partir de una temática de interés, etc.) y constituye una gran riqueza con la que poder contribuir a la formación de lectores del siglo xxi.
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El lector en la era digital