Page 126 - Anuario AC/E de cultura digital 2018
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personal, la confianza en sí mismo, el sen- tido de identidad y la plena participación en la economía y la sociedad digital y del conocimiento.
• El aumento de la digitalización exige unos niveles de alfabetización múltiple aún más altos, entre otros la capacidad de valorar críticamente textos, de tratar formas de texto múltiples, de descodificar imágenes
y de comparar e integrar diferentes infor- maciones. Además, las redes sociales han aumentado la importancia y la visibilidad de las competencias de escritura.
• La alfabetización no es solo un tema educativo, sino también personal, eco- nómico, cultural y social. Así pues, y para lograr una amplia concienciación sobre el tema, en toda iniciativa que se proponga la mejora de los niveles de alfabetización debe participar una serie de actores sociales, entre otros, empresas, medios de comuni- cación, organizaciones no gubernamentales, interlocutores sociales, docentes no oficiales y entidades culturales, así como servicios sociales, sanitarios y de empleo a nivel local.
En conclusión, hay que enseñar a leer en digital
La lectura digital necesita formación y desarrollo de competencias en la línea que propugna la alfabetización múltiple, como plantean las profesoras Araceli García Rodríguez y Raquel Gómez Díaz cuando argumentan que
la lectura digital necesita de un aprendizaje
donde a las competencias de lectura y escritura, propias del entorno analógico, hay que añadir las específicas de lo digital. Estas competencias son cada vez más complejas y están mediatizadas
por los avances tecnológicos que ofrecen un amplio catálogo de funciones que no siempre
son intuitivas y que, si no están bien diseñadas y perfectamente imbricadas en la historia, producen
el efecto contrario a lo que buscan: provocan una distracción en el proceso lector.37
El Consejo de Europa, en el documento an- teriormente mencionado, llamaba también la atención sobre este aspecto y alertaba sobre un déficit en la educación que es urgente y necesa- rio corregir:
El impacto de las nuevas tecnologías en la alfabe- tización no se ha aprovechado plenamente en los sistemas educativos. La revisión de los materiales y métodos de aprendizaje teniendo en cuenta
la creciente digitalización, así como apoyar a los profesores en el uso de las nuevas pedagogías, podrá reforzar la motivación de los alumnos.38
Para enfatizar que la formación es muy impor- tante en el caso de la lectura digital, y evidenciar que su existencia no puede dar lugar a resultados contradictorios en diferentes estudios, García Rodríguez y Gómez Díaz39 echan mano de dos casos contrapuestos:
• Por un lado, en el informe The digital reading habits of children40 se dice que los niños prefieren los libros impresos a las versiones digitales, en diferentes porcentajes en función del objetivo lector.
• Por otro lado, en otro informe elaborado por The National Literacy Trust41 se cons- tata que el 39 % de los entrevistados leen directamente en dispositivos electrónicos y que solo el 28 % sigue leyendo en formato impreso.
¿Cuál es la diferencia de base entre ambos estudios? Como desvelan García Rodríguez y Gómez Díaz en su argumentación, la diferencia radica en la intervención formativa sobre los alumnos miembros de las muestras que sirvieron de base al estudio. En el primer caso no la hubo, pero para la elaboración del segundo estudio, sí, pues se realizó un curso de formación durante seis meses.
LA LECTURA
El lector en la era digital














































































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