Page 122 - Anuario AC/E de cultura digital 2018
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la cultura impresa y la cultura digital, y el papel promotor y formador de estas accio- nes ha de contemplar ambas esferas, tanto en lo tocante a los contenidos como a los instrumentos y dispositivos de lectura.
• Por lo tanto, el planteamiento de las pro- puestas de programas y actividades ha de tener en cuenta, además del público y el tipo de obras que se pretenden dinamizar, las características propias del formato en el que se presentan y los dispositivos necesarios para su lectura, que sin duda requerirán acciones adicionales.
• La incertidumbre que rodea los nuevos ca- minos del libro y la lectura plantea retos que todas las entidades y agentes promotores de la lectura han de asumir para reinventar su papel desde las claves de la cultura digital. Esto no supone una ruptura plena con lo anterior, pero el tránsito tampoco puede basarse en una mera trasposición de los esquemas tradicionales al nuevo escena- rio sino que es necesario experimentar un proceso real de transformación para crear nuevas propuestas acordes al momento.
En conclusión, parece evidente que cualquier iniciativa que tenga por objeto la promoción
de la lectura en nuestra sociedad, sea cual sea
la instancia de la que parta, ha de englobar lo analógico y lo digital de una forma coherente, armónica y complementaria. En las conclusiones del artículo del Anuario ThinkEPI antes citado, los espacios educativos y culturales y los agentes relacionados con la lectura y su promoción requieren ajustar los contrapesos de su labor en el sentido de poner el foco en:
• Los contenidos frente a los documentos en sí, más allá de los formatos y canales
a través de los que se vehiculan y de las peculiaridades que adquieren en función de ellos; lo que supone una capacidad para fragmentarlos y personalizarlos.
• Los lectores, usuarios o clientes, pues saberlos escuchar, conocer sus necesidades y comportamientos al buscar y acceder a la información, así como los cambios en sus modos y maneras de leer proporcionará
a los mediadores las claves para generar nuevos modos de conectar con ellos y dar cancha a su participación.
• La socialización, otro vértice de este triángulo que define el camino gradual de aproximación a los nuevos escenarios de lectura y de transformación y ajuste de las estrategias de intervención. Antes y ahora, la pulsión de comunicar y compartir con otros se manifiesta como factor fundamen- tal de estímulo en relación con la lectura, sea este contacto propiciado de forma presencial o por canales virtuales.
Alfabetización múltiple. Competencias, destrezas y habilidades para nadar en el contexto actual de lecturas
El lector tiene hoy a su alcance una ingente cantidad de textos e informaciones de todo tipo, compuesta por una combinación de códigos
que interactúan entre sí frente al texto plano, y
a los que accede por muy diversas vías. En este nuevo marco cobra mayor importancia que el lector sea capaz de formular claramente sus necesidades; que conozca y sepa utilizar hábil- mente los mecanismos de búsqueda que requiere cada situación; que tenga criterio para valorar la pertinencia de lo hallado y escoger así sus lec- turas; que comprenda lo que lee, se apropie del mensaje y lo haga suyo; y, finalmente, que tenga capacidad para restituir, reformular y transformar críticamente los contenidos, del tipo que sean, aprehendidos en la lectura.
Es preciso, por tanto, aunar esfuerzos para con- seguir que los niños, jóvenes y adultos consigan desarrollar competencias y habilidades que les capaciten para buscar de modo ágil y eficaz; que
 LA LECTURA
El lector en la era digital
















































































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