Page 88 - Actas Afrancesados y anglófilos
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para adaptarse a los alimentos que han de contener, según deben aproximarse a la boca, de lado como los potajes, o de pico como las sopas; todos los cubiertos se manejan, en lo sucesivo, con la punta del pulgar, del índice y del mediano, alejando todo lo posible los dedos de las viandas. La limpieza y la contención del gesto contribuyeron, verdaderamente, a civilizar los modales. Los libros de buena educación dan consejos del siguiente tenor: “no sentarse jamás cubierta la cabeza”, “quando estás sentado en la mesa, es muy indecente tener las manos, o los brazos recostados sobre ella”, “no inclines el cuerpo sobre las viandas”, no alargues las manos hacia los platos distantes, no lleves las viandas a la boca con el cuchillo, corta con el cuchillo y lleva los bocados a los labios con el tenedor, no comas con las manos, “no mezcles guisados distintos en tu plato”, no alargues la mano al plato del que otros están tomando comida50.La última de las ocupaciones del día era la de dar cuerda a los relojes de faltriquera, chuchería que en París y en Londres alcanzaba una reconocida excelencia y que, además de marcar el tiempo de los profesionales de la burguesía ilustrada, era el marchamo que identificaba al petimetre. El de Juan Pablo Forner se presenta así:[...] mil muestras de Cabrier51, muy apreciadas [...] se un poco de francés y de italiano;pienso bien, me produzco a maravilla;soy marcial, a las damas muy atento.52Los objetosLos objetos de lujo están específicamente ligados a las nuevas costumbres sociales de origen europeo, en particular a las relacionadas en el imaginario español con los hábitos de la buena sociedad parisina: la ceremonia del tocador, la comida, las visitas, el juego... El lujo es un concepto dieciochesco que implica no sólo riqueza sino también otra forma de interpretar el valor de los productos a él asociados, que se define como buen gusto. Un detalle –un reloj, un abanico, un vaso de faltriquera, una hebilla- están al alcance de muchos, aunque una guarnición indumentaria o de habitación completas de alta calidad sólo puedan ser adquiridas por una minoría. El siguiente texto de Ramón de la Cruz es muy elocuente al respecto, ya que relaciona los signos externos que se dan la mano para ayudar al individuo a mejorar su estimación en sociedad: la forma de moverse y de actuar, la ostentación de objetos de uso personal de calidad y una libertad de costumbres que sólo se sugiere en los versos finales:Don Modesto¿Y qué es buen gusto?Don ZoiloYo os lo diré: una fantasma que como a los racionales entes les anima el alma,a los entes petimetres anima invisible paraque se esfuercen a salirde las jerarquías bajasde su especie, hasta ocupar la sublime, y se señalan50 Reglas de la buena crianza civil y christiana, cit., págs. 49-55.51 Relojes de bolsillo fabricados por Charles Cabrier II (muerto en 1772) en Londres. 52 “Definición de un petimetre”, Poetas líricos del siglo XVIII, vol. I, cit., pág. 319.12


































































































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