Page 85 - Actas Afrancesados y anglófilos
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que se malgastaban el oro y la plata que todavía llegaban de ultramar. “Francia es el móvil de las modas. De Francia lo es París... la moda se ha hecho un dueño tirano, y sobre tirano, importuno, que cada día pone nuevas leyes para sacar cada día nuevos tributos; pues cada nuevo uso que introduce es un nuevo impuesto sobre las haciendas [...] Nunca se menudearon tanto las modas como ahora, ni con mucho”38.Costumbres de antaño. El tópico del carácter nacionalPara contrapesar el lado frívolo de lo venido de Francia se volvió la vista a lo nacional. Los más rancios conservadores clamaron por la recuperación de las pasadas costumbres nobiliarias; los moderados y los ilustrados recurrieron al tópico renacentista del menosprecio de la corte y alabanza de la aldea, para buscar una felicidad alejada de las modas y de la incertidumbre que arrojaban sobre el futuro económico y moral de la nación, y para reivindicar la independencia de España y de sus individuos frente a lo extranjero. José Luis Velázquez, Marqués de Valdeflores, abunda en este deseo de autosuficiencia en su Idilio I:Yo, lejos de tan mísero desvelo,amo el ocio, la paz, la independencia 39 y sólo en mi quietud mis dichas fundo.Y Francisco Gregorio de Salas, capellán de monjas madrileño que, según Moratín hijo practicó la “sencilla virtud”, tuvo la humorada de redactar su propio epitafio, en el que sin embargo se desliza una risa que debe mucho a la expresividad natural venida de Francia:Vivió en la tierraPastor sencillo, de ambición remoto, Al trato fácil, y a la honesta risa.40La Ilustración se interesó por la personalidad de los pueblos tanto como por la de los hombres -el estudio del lenguaje como resultado de la evolución humana, tal como lo planteó Rousseau está en esta misma línea de pensamiento-. Pero también fue la presencia de lo extranjero –unas veces para rechazarlo, otras para entenderlo- lo que en España indujo a algunos a tratar de definir las peculiaridades del carácter español, poniendo los cimientos del tópico que desarrollaría el historicismo decimonónico - algunos dirían el romanticismo. Junto a burdos trazos, hay dibujos muy finos como el que debemos a Cadalso:Si el carácter español, en general, se compone de religión, valor y amor a su soberano por una parte, y por otra de vanidad, desprecio a la industria (que los extranjeros llaman pereza) y demasiada propensión al amor; si este conjunto de buenas y malas calidades componían el corazón nacional de los españoles cinco siglos ha, el mismo compone el de los actuales. Por cada petimetre que se vea mudar de moda siempre que se lo manda su peluquero, habrá cien mil españoles que no han reformado un ápice en su traje antiguo. Por cada español que oigas algo tibio en la fe, habrá un millón que sacará la espada si oye hablar de tales materias. Por cada uno que se emplee en un arte mecánica, habrá un sinnúmero que están prontos a cerrar sus tiendas para ir a las Asturias o a sus38 “La moda”, Obras escogidas del padre fray Benito Jerónimo de Feijoo y Montenegro, cit., pág. 67. 39 Poetas líricos del siglo XVIII, vol. III, cit., pág. 515.40 Ibíd., pág. 5169