Page 80 - Actas Afrancesados y anglófilos
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cultura”15, que se ha de acomodar a las edades, los tiempos, los lugares y las personas. “La incivilidad es baxa y plebeya; la cortesanía es siempre noble”16.La traducción del texto más famoso sobre educación de los hijos y el aprendizaje de las normas de comportamiento, el de la condesa de Genlis17, no vio la luz hasta 1791, ya en relación con el impulso que la pedagogía recreativa adquiría en España.¿Qué aprendió el común de los españoles de estos manualitos, que no todo el mundo leería, y de la imitación de lo francés?. Lo primero, sociabilidad, y lo segundo, desenvoltura. Ha nacido una nueva forma de mostrarse en público que tuvo en su interpretación muchos matices.Cómo moverse, cómo comportarse: seriedad y ridiculezEl Curso de humanidades castellanas18, reformulación de la Grammaire de Condillac que Jovellanos publicó en 1794, incluye un tratado de declamación que da sustanciosas pistas acerca de la forma correcta de accionar de un hombre civilizado cuando habla y, por extensión, sobre la gestualidad adecuada para desenvolverse en público. No nos resistimos a reproducir los párrafos más significativos.Con ella (la acción) expresamos algunas veces las cosas mejor que con las palabras (La cabeza.) esté siempre derecha y en una postura natural; porque baja denota humildad, demasiado levantada, arrogancia; inclinada a un lado, desfallecimiento, y muy tiesa, grosería [...] aun el moverla frecuentemente no deja de ser cosa viciosa, y moverla con demasiado ímpetu, sacudiendo los cabellos, es propio del hombre que está furioso [...] Apenas puede decirse cuántos movimientos tiene los brazos [...] Pero el aire de los brazos no se consigue sino con mucha aplicación; y por más favorables que sean nuestras disposiciones naturales, el punto de perfección depende del arte. Para que el movimiento de los brazos sea agradable, se observará la siguiente regla: siempre que se levante uno, es menester que la parte superior, quiero decir, la que se comprende de la espalda al codo, se separe del cuerpo la primera, y que esta arrastre a las otras dos, que deben moverse sucesivamente y sin precipitación [...] Igualmente, es necesario no accionar con viveza, porque cuanto más suave y lenta es la acción, tanto más agraciada [...] Es una regla bastante conocida que la mano no debe levantarse más arriba del codo, o a todo más, de los ojos [...] La postura del cuerpo debe ser recta; los pies iguales, o el izquierdo muy poco trecho por delante del otro; las rodillas derechas, pero no de manera que parezca que se tienen estiradas; los hombros quietos, los brazos algo separados del cuerpo.19Gravedad, gracia, contención del exceso, y lo que por entonces se consideraba falta de afectación son las reglas que la razón y la naturalidad imponen al hombre ilustrado.2016 Ibíd., pág. 4.17 Condesa de Genlis, Madrid, imprenta de la viuda de Marin, 1791.18 E. Narvaja de Arnoux., “La reformulación de la Grammaire de Condillac en El Curso de Humanidades Castellanas de Jovellanos: orientaciones pedagógicas y theóricas”, Histoire, Épistemologie, Langage, 2001, núm. 1, vol. 23, págs. 127-152.19 Obras de don Gaspar Melchor de Jovellanos, vol.I, cit, págs. 147-148.20 Unos años después la perspectiva había cambiado. José Somoza, hombre del siglo XIX cuya infancia transcurrió durante los últimos años de la centuria anterior, recordaba así lo alambicado de algunos usos de entonces “pero ninguna de estas invenciones era tan complicada y singular como las que había que15 Reglas de la buena crianza civil y christiana : utilissimas para todos y singularmente para los que cuydan de la educacion de los niños, à quienes las deberan explicar, inspirandoles insensiblemente su práctica en todas ocurrencias, Barcelona, imprenta de Maria Ángela Martí, 1767, pág. 2.4