Page 28 - Actas Afrancesados y anglófilos
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Durante su gobierno estudiaron en la academia francesa los pintores Juan Bautista de la Peña y Pablo Pernicharo.41 Ambos se convirtieron en protagonistas de un bochornoso escándalo, reseñado durante semanas por el propio Vleughels en sus cartas mandadas a París. Los pintores españoles se permitieron la licencia de querer dibujar estatuas custodiadas en una sala reservada a altas autoridades, cuyo acceso estaba tajantemente prohibido –también para los “pensionnaires de Sa Majesté”-. Peña y Pernicharo insistieron, por creerse en su derecho, y no quisieron aceptar las amables disculpas y efusivas explicaciones del director, que finalmente tuvo que ceder ante estas impertinencias.42Entre los españoles que acudieron a las clases de la Académie de France se encontraba, como creemos, también Felipe de Castro. La Academia de San Fernando conserva un lote de dibujos atribuidos al escultor, que pueden confirmar la asistencia de Castro a un tipo de clases, impartidas en la institución francesa. Se trata de un grupo de dibujos con figuras envueltas en generosos paños, que representan tipos clásicos y exóticos, pero también a monjes y obispos.43Estos dibujos son –como hemos comprobado recientemente en el contexto del Cuaderno italiano de Goya44- el producto de unos ejercicios introducidos por Vleughels en 1732, poco antes de la llegada de Castro a Roma. El director de la academia francesa los comenta en una carta al Directeur général des Bâtiments du Roi: «Aujourd’hui et ce soir, on commence de nouvelles études; c’est ce qui n’avait jamais été pratiqué dans l’Académie; ce sont des figures drapées sur le naturel, quelquefois moitié nües et moitié habillées; on donne quelque chose au hazard, on laisse faire à la nature, qui produit presque toujours des choses nouvelles et merveilleuses».45 Especial interés tienen por sus posibilidades de pliegues y adornos los tipos eclesiásticos.46 Estos estudios de figuras drapeadas se siguieron practicando en los años inmediatos a la llegada de los pensionados españoles en 1758. Esto se deduce de una carta de Natoire, que ocupaba la dirección desde 1751. Natoire, que había sido pensionnaire bajo el directorado de Vleughels, escribe el mismo año de la llegada de los pensionados españoles al nuevo Directeur des Bâtiments: « J’ay fait revivre un usage d’étude qui se fesoit de mon tems à l’Académie, dans le tems des vacquances, où nous dessinions d’après le modelle des figures touttes drappée, variéssuperflua a quel tempo la fondazione di altri istituti stranieri a Roma?”, “La formazione delle Accademie e scuole straniere di Roma”, Capitolium, mayo, 1928, Miscellanea, II, 31 (1-9), sin págs.41 Jesús Urrea, Juan Bautista Peña y Pablo Pernicharo, Pintores españoles del siglo XVIII, cit., págs. 233-261.42 Vleughels hace referencia a aquel incidente entre los meses de junio hasta septiembre de 1731. Véase Correspondance des Directeurs, cit., vol. VIII, págs. 171-244. El 27 de junio escribe un informe al marqués d’Antin, resumiendo lo ocurrido: “mémoire concernant les pensionnaires espagnols a Rome. Les deux peintres espagnols qui sont à l’Académie françoise de Rome, avec des appointemens du Roy Catholique, ont fait des remontrances sur ce que le Directeur de la même Académie ne leur permet pas de dessigner les statues qui sont dans les salles de l’Académie pour l’apprentissage des pensionnaires; et le marquis de Castelar supplie très humblement M. le Duc d’Antin de donner audit Directeur des ordres précis pour traiter les deux peintres espagnols et pensionnaires du Roy Catholique, comme les pensionnaires de Sa Majesté très chrétienne.” Ibíd, p. 218.43 RABASF, inv. 2637-2651. Véase Victoria Durá Ojea y Elena Rivera Navarro, “Inventario de dibujos de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (V)”, Academia. Boletin de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 70, 1990, págs. 389-469.44 Anna Reuter, “El Cuaderno Italiano de Goya”, Goya e Italia, catálogo de exposición, Zaragoza, 2008, págs. 84-95.45 Correspondance des Directeurs, cit., vol. VIII, pág. 373.46 “Pour occuper et ne pas perdre le temps, on a trouvé le moyen d’occuper la soirée: on pose des draperies et j’emprunte des ornements d’église pour diversifier et pour s’impatroniser du vrai, qui est l’âme de notre métier. » Así lo precisa Vleughels el 14 abril 1732, Correspondance des Directeurs, cit., vol. VIII, pág. 324.7