Page 27 - Actas Afrancesados y anglófilos
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Reni y Giovanni Lanfranco, Pietro da Cortona, Andrea Sacchi y Carlo Maratta, sin olvidarse de Correggio.32Llegados a Roma, los pensionados españoles acuden a las clases impartidas en las diferentes academias privadas y públicas de la ciudad. Entre las academias privadas tenía, a comienzos del siglo XVIII, especial importancia la de Sebastiano Conca en el Palazzo Farnese. Aquí estudiaban los valencianos Cristóbal Valero e Hipólito Rovira y el futuro director de los pensionados españoles en Roma, Francisco Preciado de la Vega.33 Otra academia frecuentada por los españoles era la de Agostino Masucci, a la que acude Pablo Pernicharo34 o, ya a mediados del siglo, la de Domenico Corvi en la que trabaja el pensionado por la escultura Antonio Primo35.Obligatorio para todos los pensionados españoles era participar en las clases “al natural” que se impartían en la Accademia del Nudo en el Campidoglio, fundada en 1748 por Benedicto XIV.36 Encontramos a los pensionados españoles, efectivamente, en la lista de asistentes, conservada en el Archivo Storico dell’Accademia di San Luca.37 En la segunda mitad del siglo XVIII acuden a las clases en el Capitolio un total de 20 españoles.38No obstante la importancia de las instituciones italianas, los estudiantes españoles frecuentaban además la flamante academia francesa en la Via del Corso. La Académie de France era desde su instalación en el Palazzo Mancini en 1725 punto de encuentro de artistas extranjeros. Según el historiador de dicha institución, Henry Lapauze: “Les Espagnols étaient comme chez eux à l’Académie”.39La familiaridad de los estudiantes españoles en el Palazzo Mancini se deduce con facilidad de la rica correspondencia de los directores franceses, como la de Nicolas Vleughels. Éste escribe el 4 de enero de 1731 al Directeur général des Bâtiments du Roi que los españoles son tratados al igual que los “pensionnaires de Sa Majesté”.4032 El apartado 13 estipula que los estudiantes de pintura: “han de dibujar (...) Rafael, Anival, Dominiquino, Güido, Lanfranco, Saqui, Cartona, Marati, Corezo, Parmesano, Veronés, Tiziano, i de otros célebres pintores, siguiendo siempre la escuela romana, lombarda o veneciana.” Amada López de Meneses, Las pensiones que en 1758 concedió la Academia de San Fernando, cit., 1933, pág. 288.33 Olivier Michel, «L’atelier de Sebastiano Conca » , École française de Rome (ed.), Le Palais Farnèse, vol. I,2, Roma, 1981, pág. 594.34 Jesús Urrea, Pintores españoles en Roma a mediados del siglo XVIII, cit., págs. 368-369.35 Amada López de Meneses, Las pensiones que en 1758 concedió la Academia de San Fernando, cit., 1934, pág. 45.36 Apartado 11, en Amada López de Meneses, Las pensiones que en 1758 concedió la Academia de San Fernando para ampliación de estudios en Roma, cit., 1933, pág. 285.37 Archivio storico dell’ Accademia di san Luca, Nome e cognome di tutti i premiati alla Scuola del Nudo dall’anno 1754 al 1848; coll’indicazione del Professore direttore della Scuola (Signatura: 33 b 1), págs. 89-120. Véase también: Lucia Pirzio Biroli Stefanelli, “Il “Giornale” di Vincenzo Pacetti: Spagnoli a Roma nella seconda metà del XVIII secolo”, José Beltrán Fortes, Beatrice Caccioti, Xavier Dupré Raventós; Beatrice Palma Venetucci (Eds.), Illuminismo e Ilustración. Le Antichità e i loro protagonisti in Spagna e in Italia nel XVIII secolo, Roma, Bretschneider, 2003, pág. 331, nota 3.38 Carlo Pietrangeli, “L’Accademia del nudo in Campidoglio”, Scritti scelti di Carlo Pietrangeli, Roma, 1995, págs. 305-307.39 Henry Lapauze, op. cit., vol. 1, pág. 210.40 “(...) nous les traitons (a los Españoles) comme les pensionnaires de Sa Majesté, les distinguant de tous les autres. Nous avons des Allemans, des Anglois, des Flamans qui viennent dessiner, et ils me paroissent contens de l’attention que j’ai pour eux.» Correspondance des Directeurs, cit., vol.VIII (1729-1733), pág. 171. Eugenia Strong lanza incluso la hipótesis de que la hospitalidad de la academia francesa fue una de las razones que impidieron la fundación de otras academias extranjeras en Roma. La fundación de la British Academy fecha de 1822 y la del Instituto Arqueológico Alemán (DAI) de 1870. Como sentencia Strong, España “non vi abbia mai avuto neppure una rappresentanza. Artisti Spagnoli erano numerosi a Roma, ma la patria di Veláquez non vi essere una Accademia propria prima del 1874. Chi sa se la largha ospitalità dei Francesi a Palazzo Nevers-Mancini non fu tra le cause che impedirono, o piuttosto resero6