Page 25 - Actas Afrancesados y anglófilos
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y a la postre, en la creación de las becas para Roma.18 Aunque éste no sea el lugar para reseñar con detalle ese asunto, vale la pena recordar al menos algunos documentos, ya que evidencian que la Junta Preparatoria estudió durante sus comienzos detenidamente los modelos existentes en Francia e Italia, siendo éstos, obviamente, modificados para ajustarse a las propias necesidades.19En 1730 ya hay noticias sobre el evidente interés por los estatutos de las academias francesas: Nicolas Vleughels, director de la institución en Roma entre 1725 y 1737, informa al Directeur des Bâtiments, el marqués d’Antin, que uno de los pensionados españoles que estudiaban en la Académie, le había informado que “tenía orden de pedirme por escrito una especie de plan para formar una Academia” a lo que Vleughels le contestó dándole “lo que pensaba sobre esto y me he ajustado en todo sobre la de París.”20 En 1744 manda Miguel Herrero de Ezpeleta los estatutos de la Académie royale de peinture et de sculpture de París y adjunta también un resumen manuscrito de algunos reglamentos de la Academia de Francia en Roma y otro de los de la Accademia di San Luca.21 Al año siguiente, el pensionado Francisco Preciado de la Vega envía un ejemplar impreso de los estatutos de la Academia de San Luca y un resumen de la Academia de Francia en Roma y Aróstegi emita en 1746 el estado actual de los que hay en Roma.22 El secretario de la academia, Ignacio de Hermosilla, pasa el 23 de octubre de 1755 al viceprotector de la institución, Tiburcio Aguirre, finalmente la lista de los estatutos que habían servido para redactar los estatutos de 1758, remitiéndose de manera inequívoca a los de la Academia de San Luca y la Real Academia de Pintura y Escultura de París.23Ambas instituciones sirvieron también de referente en lo que respecta al calendario del curso y el material de estudio:24 Giovanni Domenico Olivieri, miembro de la Junta Preparatoria, propone en 1744 que se fijara el curso anual de la Academia de San Fernando en los términos de la Académie de France y de la Accademia di San Luca, es decir de septiembre a junio. Olivieri recomienda, como sus homólogos franceses e italianos, que los estudiantes se dediquen durante las vacaciones a la lectura y el estudio en la sala de esculturas.25 En el mismo año, la Junta Preparatoria toma también el acuerdo, adquirir en Roma las estatuas y libros que fueran necesarios para la buena formación de sus alumnos. Por ello se escribe al embajador español en aquella corte para que con la ayuda de Jean-François De Troy, director de la Academia de Francia entre 1738-1751, se compren y remitan a Madrid copias de dieciocho estatuas de la antigüedad, entre ellos el Apolo de Belvedere o el Laocoonte, pero también dos de18 Claude Bédat, La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, cit., págs. 35-37 y Jesús Urrea, Pintores españoles en Roma a mediados del siglo XVIII, cit., págs. 371-372 y El marco de las relaciones artísticas hispano-romanas en el siglo XVIII, pág. 30 y Relaciones artísticas hispano-romanas en el siglo XVIII, cit., págs. 127-128.19 Los estatutos sufren aún muchos cambios hasta su formulación definitiva en 1757 en cuanto a las categorías de profesores, los consiliarios y la junta particular. Claude Bédat, La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, cit., págs., 104-105.20 Jesús Urrea, Relaciones artísticas hispano-romanas en el siglo XVIII, cit., págs. 128 y 169.21 El viceprotector de la Junta preparatoria, Fernando Triviño, da el 16 de agosto de 1744 las gracias a Ezpeleta por el envío. Claude Bédat, La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, cit., págs. 35- 36.22 El envío de Preciado de la Vega consta en la carta del 11 de marzo de 1745 del marqués de Villarias a Triviño. Claude Bédat, La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, cit., pág. 36. Sobre el informe de Aróstegui véase Jesús Urrea, El marco de las relaciones artísticas hispano-romanas en el siglo XVIII, cit., pág. 30.23 Claude Bédat, La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, cit., pág. 36. 24 Ibíd, págs. 38-39.25 Ibíd.4