Page 15 - Actas Afrancesados y anglófilos
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Garcilaso de la Vega, publicadas en la Imprenta Real en 1765, o la traducción realizada años antes con otros oficiales de la Secretaría de Estado de la Profecía política, verificada en lo que está sucediendo a los portugueses por su ciega afición a los ingleses (Madrid, 1762, reeditada el mismo año en Calatayud y Sevilla), que viene a manifestar su posición en política internacional, tras la firma el año anterior del Tercer Pacto de Familia.3Destinado en Roma como agente general y procurador del Rey, más adelante en el puesto de encargado de negocios de la Embajada ante la Santa Sede y al fin de ministro plenipotenciario, no tardaría en introducirse en los ambientes culturales más avanzados de la ciudad gracias a las recomendaciones de su protector y antecesor en la Agencia de Preces, el también aragonés Manuel de Roda, y de Gaetano Centomani, agente del Rey de Nápoles, que le pusieron en contacto con el pintor Francisco Preciado, director de los artistas españoles pensionados en la Ciudad Eterna, y el erudito Giovanni Gaetano Bottari, prefecto de la Biblioteca Vaticana, que seguramente fue quien le presentó en 1768 al que habría de ser su «mayor amigo» en Italia, el napolitano Francesco Milizia, teórico de la arquitectura y colaborador de muchas de las iniciativas emprendidas por Azara en Roma. También consta la temprana relación con otros personajes de la cultura settecentesca romana, como Johann Joachim Winckelmann, amigo de Mengs, el arqueólogo Ennio Quirino Visconti, Giovanni Cristoforo Amaduzzi, Carlo Fea, el abate Dionigi Strocchi o el conde Bernardo Zamagna, entre otros literatos distinguidos.En 1773, meses antes de que Mengs le retratase en Florencia, vería consolidada su posición en Roma con el nombramiento de académico de honor de la de San Luca y su admisión en la Arcadia con el nombre de pastor árcade «Admeto Cillenio». Asimismo corresponde a ese periodo, en concreto a la licencia de dos años en España, la ordenación de los papeles del naturalista William Bowles y la publicación de su Introducción a la Historia natural y a la Geografía física de España (Madrid, 1775), que fue reeditada por dos veces en España (1782 y 1789) y traducida al italiano por Milizia (1783) para las prensas parmesanas del célebre tipógrafo Giambattista Bodoni, en donde Azara había editado las Opere de Mengs (1780), que le dieron gran prestigio internacional al erigirse como único e intransigente intérprete del pensamiento artístico e ideario estético del pintor.Desde su nombramiento de ministro plenipotenciario, en 1784, resolvió establecer en su residencia del Palacio de España en Roma una «società», tertulia o academia a la que acudirían destacados literatos italianos y también españoles, como los ex jesuitas Esteban de Arteaga y Pedro José Márquez, el primero autor de las Investigaciones filosóficas sobre la Belleza ideal (Madrid, 1789) y el segundo de diversos ensayos arqueológicos conocidos por los pensionados españoles. Es sabido que los arquitectos Silvestre Pérez y Evaristo del Castillo estudiaron bajo la dirección de Azara los restos de la supuesta Villa de Mecenas en Tívoli, en realidad santuario consagrado a Hércules Vencedor, como «el más perfecto modelo del puro Dórico griego de quantos existen de la antigüedad», como escribieron estos jóvenes al secretario de la Academia madrileña.43 Biblioteca Nacional de España, en Madrid, ms. 7215. Juan de Chindurza a [Manuel de Roda], [s. l.], 29 de junio de 1762: «La obra adjunta lo es de quatro ingenios de esta S.ta comunidad [la Secretaría de Estado], que lo han traducido con sumo secreto. M[agallón], I[riarte], A[zara] y C[ampo]: los demás no tenemos parte alguna en el trabajo, ni en el producto. No la he leído ni ha salido más ejemplar q. el q. acompaño: con q. pido gracias por la puntualidad».4 Javier Jordán de Urríes y de la Colina, «El diplomático José Nicolás de Azara...», cit., pág. 70.2