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repercutió decisivamente en el desarrollo del movimiento feminista de mediados de los setenta.
Además, durante estos años algunas mujeres, de forma indi- vidual o a través de entidades, denunciaron los problemas que les afectaban específicamente, publicando libros o artí- culos en la prensa. María Lafitte, condesa de Campo Alange (Sevilla, 1902-Madrid, 1986), que fundó en Madrid junto con otras mujeres el Seminario de Estudios Sociológicos sobre la Mujer (1960), publicó en 1948 La secreta guerra de los sexos; en 1963, La mujer en España: cien años de su historia (1860- 1960); y en 1967, Habla la mujer: resultado de un sondeo en la juventud actual, realizado bajo su dirección. Más joven, Maria Aurèlia Capmany (Barcelona, 1918-1991) publicó en 1966 La dona a Catalunya: consciència i situació; en 1970, De profesión mujer; en 1971, El feminismo ibérico, y en 1973, El feminisme a Catalunya. Y la abogada Lidia Falcón (Madrid, 1935), que en 1961 y 1962 publicó sendas obras sobre los derechos civiles y los derechos laborales de la mujer, y en 1969 su obra más importante de esta primera época, Mujer y sociedad, y la periodista Carmen Alcalde (Girona, 1936), colaboraron habitualmente en la prensa y en 1976 fundaron la revista Vindicación Feminista, que se editó hasta 1979.
Estas mujeres crearon también asociaciones que se ocu- paron de problemas específicos. En 1953, la Asociación Española de Mujeres Universitarias, primero en Oviedo y en Madrid y, en los años setenta, en Barcelona, Granada, Valencia, Santander, Coruña y Valladolid. En 1969, la Aso- ciación de Mujeres Juristas, resultado del Congreso de la Federation Internationale des Femmes des Carrières Juri- diques que se celebró en Madrid ese año. En 1974, la Asocia- ción Nacional de Mujeres Separadas Legalmente.
Los medios de comunicación y las editoriales contribuye- ron al debate. En 1965, la revista Cuadernos para el Diálogo publicó un número extraordinario dedicado a la mujer. Y en 1971 el semanario Triunfo dedicó otro número extraor- dinario al matrimonio, que fue secuestrado por la censura y provocó la suspensión de la publicación durante tres meses: en él, Lidia Falcón reivindicaba el divorcio como primer paso para el final de la familia. A mediados de los sesenta se tradujeron al catalán y al castellano dos obras fundamen- tales del nuevo feminismo: El segundo sexo, que Simone de Beauvoir (1908-1986) había publicado en París en 1949, y La mística de la feminidad, obra que Betty Friedan (1921-2006)
90—Amparo Moreno Sardà Mujeres en el franquismo