Page 129 - 100 años en femenino
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 mientos tradicionales (Nash, 2010; Nash, 1999; Nash, 1993; Barrachina, 1980).
En el territorio controlado por los sublevados, Mercedes Sanz Bachiller funda en 1936 en Valladolid el Auxilio de Invierno, que será el germen de Auxilio Social, mientras que la Sección Femenina de Falange y las Margaritas tradicionalistas se ocu- pan de labores de enfermería y de confección para el frente, así como del trabajo en el campo, aunque en menor cifra que las republicanas, y no participan en la industria de guerra. Los principios ideológicos contrarios a las medidas republica- nas de tipo igualitario se dejan sentir en todos los ámbitos, y concretamente en el legislativo, con la supresión de la coedu- cación, la suspensión de los pleitos de divorcio, el restableci- miento del título IV del Código Civil de 1889, que colocaba a las casadas bajo la autoridad de sus maridos, y la promulga- ción, en marzo de 1938, del Fuero del Trabajo, que estable- cía la intención de «liberar a la mujer casada del taller y de la fábrica» (Gallego, 2006; Barrachina, 1980).
La dictadura franquista
Carme Molinero ha señalado los puntos en común existen- tes entre la política franquista y la que desarrollaron los otros regímenes fascistas respecto a las mujeres. En su opinión, «el antifeminismo era una parte esencial de las creencias fascis- tas igual que el virulento antiliberalismo, el antisocialismo o el militarismo, todas ellas formaban parte de su proyecto antiemancipatorio» (Molinero, 1998: 99). Ahora bien, Marie- Aline Barrachina parte de considerar cómo la longevidad del régimen dio lugar a que el fascismo inicial se diluyera, no solo por efecto de la presión internacional, sino también por su inviabilidad como régimen político en un contexto socio- político y económico de «normalidad», observación que nos ayudará a comprender la evolución experimentada en rela- ción con el trabajo femenino a lo largo del período franquista (Barrachina, 1980). La misma autora ha recordado la distin- ción planteada en el pensamiento falangista entre «trabajo», como medio de subvenir a las necesidades propias o de la familia, y «servicio», el que se presta con «heroísmo, desinte- rés o abnegación, con ánimo de contribuir al bien superior que España representa», tal como se recoge en el Fuero del Traba- jo de 1938. La política del régimen se propondrá, pues, apartar a las mujeres del trabajo para que se consagren al servicio, y es así como hay que entender el enunciado del Fuero citado
Marín
Enfermera en el hospital de Buitrago
1936
Fotografía cedida por cortesía de la Fundación Telefónica
130—Gloria Nielfa Trabajo, salud y vida cotidiana de las mujeres en España durante el siglo xx


























































































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