Page 386 - El rostro de las letras
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ENTRE DOS DICTADURAS
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sus últimos días, en los que aún acudía a los “hondos y venerables cafés” de Santiago de Compostela, acompañado por las personas de su cercanía personal, como el escritor Arturo Cuadrado, que luego se exilió. En el café Varela se arracimaban los miembros de una peña atrabiliaria de escritores y teósofos, capitaneados por Emilio Carre- re, albacea del inefable Roso de Luna. En el café Europeo sentaban cátedra González Ruano, Jardiel Poncela, Sánchez Mazas, Mourlane Michelena, Eugenio Montes, Carlos Fernández Cuenca, José Ma-
ría Alfaro y otros de Falange; y se dice que de una costilla de estas reuniones nació en el café Lyon la Ballena Alegre, que se mantuvo hasta 1949. En la tertulia que entonces mantenían José Bergamín, Melchor Fernández Almagro, Manuel Abril, José María de Cossío, Antonio Espina, García Lorca, Rafael Alberti y el torero Ignacio Sán- chez Mejías, nació en 1933 la revista Cruz y Raya, cuya redacción estaba en el Paseo de Recoletos. Antonio Machado, que entonces vivía en la casa familiar de General Arrando, con su madre, su her- mano José y la familia de éste, frecuentaba la tertulia “salesiana” del café de las Salesas, en la calle Bárbara de Braganza, donde Alfonso
le hizo uno de sus más célebres retratos. El poeta asistía alguna vez
a las tertulias del café Varela, en la calle de Preciados, y la del café Español, frontero al Teatro Real. Allí se encontraba con sus herma- nos, Antonio, José y Manuel, con Luis Álvarez Santullano, el actor Ricardo Calvo, Ricardo Baroja y, rara vez, Pío Baroja. Ya en 1935,
En los días de la República, la presencia de los escritores se multiplicó en las páginas
de la prensa gráfica. Bajo estas líneas, los miembros de la Agrupación al Servicio de la República, Gregorio Marañón, Ortega y Gasset y Pérez de Ayala. Crónica, 17 de mayo de 1931. (Archivo Monasor)
 


























































































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