Page 282 - El rostro de las letras
P. 282

LA MÁSCARA DE LAS LETRAS
265
 cama yacía Rusiñol de cuerpo presente. Estuve mirando largo rato el cuerpo muerto; se había roto la tensión dolorosa de la vida y el cuerpo yacía en la paz suprema”. Lo demás, las cientos de fotografías publica- das en la prensa sobre los numerosos homenajes que se le tributaron, del intrincado paso de su cuerpo embalsamado por ateneos, círculos artísticos y salas capitulares, no es más que anécdota. El testimonio gráfico que de sus plurales exequias –en Aranjuez, en Barcelona y en Madrid–, nos han dejado Alfonso, Campúa, Cortés, Merletti y Bran- gulí sólo nos dice que, más allá de la muerte, el cuerpo consumido de Rusiñol estaba aún lleno de vida.
Antonio Machado (Sevilla, 1875-Collioure, 1939) mantuvo también una atenta relación con los artistas, desde sus días de infancia con su hermano José, que le retrató en varias ocasiones en dibujos senci- llos y sinceros. José trazó luego la efigie de un imaginario Juan de
Santiago Rusiñol enfermo en su cuarto de pensión, en vísperas de su muerte. “Rusiñol era ya pura ruina –recordó Pla, testigo de la escena–. Se le apagaban los ojos morteci- nos, vagos, terriblemente tristes”. Fotografía de CORTÉS. Aranjuez, 1930 (MECD, AGA, Fondo MCSE)






























































































   280   281   282   283   284