Page 235 - El rostro de las letras
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    218 ESCRITORES Y FOTÓGRAFOS cuentes entonces y ahora, que le convirtieron en el preferido de los
periodistas, literatos y del gran público.
El creciente protagonismo de Alfonso en los periódicos progresis-
tas creados por los Gasset, Miguel Moya y Francos Rodríguez, sus colaboraciones en la prensa ilustrada y la presencia de su flamante Agencia Gráfica en las publicaciones de Prensa Española, le habían convertido en el más respetado reportero madrileño, con la única posible competencia de Campúa. Pero su prestigio como reportero no llegó nunca a empañar su popularidad como retratista, y puede decirse que fue su dedicación al retrato lo que le distinguió del resto de sus competidores. En 1910, un año después de sus primeros reporta- jes en Marruecos, abandonó la precariedad de su modesta Galería de la calle de General Castaños para trasladarse a un espléndido ático de la calle de Fuencarral, a sólo unos pasos del estudio de su maes- tro Compañy. Su primer cliente importante fue Alejandro Lerroux, como una premonición de futuros éxitos profesionales, que el propio Alfonso supo airear en las páginas de los periódicos. Al líder radical pronto se fueron sumando otros personajes conocidos, antiguos clientes de Compañy, compañeros y conmilitones del fotógrafo reclu- tados en las redacciones, en los cafés y en los cenáculos republicanos que comenzaba a frecuentar. Si repasamos hoy su archivo sorprende la cantidad y la importancia de las celebridades que entonces posa- ron para él; por pura amistad unos, otros por encargo de los edito- res de la prensa ilustrada y de las colecciones de cuentos y novelas, desde la tropilla de comecuras y demagogos que encabezaba un crepuscular pero aún aguerrido José Nákens; la caterva de patriarcas republicanos acaudillados por Antonio Zozaya y Roberto Castrovido; la bohemia perdularia y señorita capitaneada por Francisco Villa- espesa, Alejandro Sawa, Hoyos y Vinent, Emilio Carrere, Pedro de Répide y Mariano de Cavia; hasta la nómina inagotable de literatos consagrados, como Emilia Pardo Bazán, Valle-Inclán, Felipe Trigo, Echegaray, los hermanos Manuel y Antonio Machado, Pío Baroja, Azorín, Blasco Ibáñez y Gómez de la Serna.
Con los retratos retomaba Alfonso una de las especialidades más apreciadas por los que regían entonces la prensa ilustrada, que ya en las postrimerías del siglo XIX había iniciado la publicación sistemática de cuantas personalidades eran entonces “honra de la patria”. Y fue precisamente su anclaje en el periodismo el que
Retrato de Valle-Inclán, uno de los primeros de escritores realizados por Alfonso Sánchez García. Hacia 1910 (Colección Pedro Fernán- dez Melero)
 Este retrato de Federico García Lorca lo realizó ALFONSO en las vísperas de la Segunda República. 1930 (Colección Pedro Fernández Melero)




























































































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