Page 234 - El rostro de las letras
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ESCRITORES Y FOTÓGRAFOS 217
Alfonso y Pío Baroja en el estudio del primero. Igual que el escritor, el fotógrafo sabía ser cla- ro y sencillo. Madrid, años cuarenta (Colección Carmen Cachón)
 se acogieron a aquel precario refugio laboral que les ofrecían las novelas semanales, que vinieron a aumentar sus escasas oportuni- dades profesionales, limitadas hasta entonces a la prensa ilustrada y la edición de postales. Tal como había previsto Zamacois, la pu- blicación de la imagen de los autores en portada se convirtió pronto en uno de los principales reclamos de las novelas semanales, con
lo que los editores tuvieron que echar mano de los principales fotógrafos y muy especialmente de aquéllos que, a su condición de reporteros sumaban todavía la de retratistas. Realmente importan- te fue la labor de Alfonso Sánchez García (Ciudad Real, 1880-Ma- drid, 1953), contratado casi en exclusiva por los editores de otras colecciones olvidadas por los estudiosos, como Los poetas (1925); Los Novelistas (1928), La Novela Gráfica (1927), y sobre todo, La Novela Española, una publicación semanal apadrinada por Pren- sa Gráfica, que encargó al maestro los retratos de portada de la mayoría de sus autores. Para entonces, ya era un hombre respetado en su profesión, tras largos años de meritoriaje en los que formó parte de la cuerda de bohemios que acampaba en la redacción de El Motín de José Nákens, en la calle de la Madera. Con ellos compar- tió sueños y menesterosidad; en su compañía recorrió de joven las calles de aquel Madrid destartalado, poblado de mendigos, músi- cos lisiados que se habían dejado una pierna en la guerra de Cuba, fotógrafos al minuto, mieleros de la Alcarria, soguillas, cocheros de punto y obreros de blusón salidos de una zarzuela de Chueca. Igual que Baroja, Alfonso sabía ser claro y sencillo, cualidades infre-































































































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