Page 197 - El rostro de las letras
P. 197

      180 EL OJO DE LA HISTORIA
incluyó fotografías en sus primeros números y cuando lo hizo fue en una proporción sensiblemente menor a la de los dibujos y grabados. Sólo a partir de 1895, el trabajo de los fotógrafos comenzó a ocupar un lugar relevante en la revista, con la publicación de los trabajos de Pedro Calvet, Napoleón y especialmente Christian Franzen, al que debemos los mejores reportajes de los ambientes nocturnos de la capital. Un año antes, el 18 de marzo de 1894, se inició la edición de Nuevo Mundo, que en 1898 alcanzó una tirada cercana a los cincuenta mil ejemplares. Titulada inicialmente El Nuevo Mundo,
a partir de 1896 mejoró sensiblemente la calidad de la estampa- ción, coincidiendo con la incorporación de reporteros como Manuel Compañy y algunos jóvenes de su escuela, como Leopoldo Alonso, José Campúa y Alfonso. A los pocos meses, Nuevo Mundo tenía ya la batalla profesional ganada a Blanco y Negro y en el año del desastre colonial introdujo el color en sus portadas, a la vez que ofrecía en su interior tricromías realizadas por Mathéu.
En Cataluña destacó la labor de Antoni López Llausas (Barcelona, 1888-Buenos Aires, 1979), miembro de la tercera generación de los López, una saga legendaria iniciada por Innocenci López Bernagozzi, al que siguió Antonio López Venturas, fundador de la mítica Editorial López, luego Editorial Catalana, propietario de la histórica Librería Española de la Rambla, editor de la obra de Rusiñol y fundador de las revistas ilustradas La Campana de Gracia (1897-1920) y L´Esquella de la Torratxa (1897-1910). Ambos semanarios comenzaron tími- damente a incluir la fotografía, hasta que en el umbral del siglo XX el trabajo de los reporteros se erigió en protagonista. La labor del viejo López se completó con la creación en 1903 de una renovada Ilustració Catalana, convertida en emblema de la Renaixença. Entre sus más asiduos fotógrafos hay que recordar a Audouard, Areñas y Napoleón, que vinieron a complementar los reportajes de Balell y las reproduc- ciones de obras de arte realizadas por Adolf Mas. A partir de 1907 se fueron incorporando nuevos reporteros, como Sagarra, Merletti, el tarraconense Vallvé y el valenciano Gómez Durán. El testimonio de la realidad catalana de aquellos años y la imagen de sus gentes se reflejó también en La Campana de Oro (1910), D’Ací i d’Allà (1920), Cata- lunya Gràfica (1903-1917) y La Ilustració Artística (1903-1906) 45.
En 1924, López Llausás creó la Librería Catalonia, editora de los recordados Quaderns Blaus que dirigió Marius Aguilar, y adquirió los talleres Nagsa en los que se imprimieron la excelente Revista Ford y el efímero semanario gráfico Imatges.
Nacida para sustituir a La Campana de Grácia, L´Esquella de la Torratxa fue un excelente semanario gráfico y satírico de tendencia re- publicana. Fue fundado en 1872 por el editor I. López Barnagossi y desapareció en 1939. (Archivo Monasor)
 45 Sobre el fotoperiodismo catalán es ne- cesario consultar el texto de Jaume Fabre, en el catálogo de la exposición Historia del Fotoperiodisme a Catalunya (1900), así como los de Josep Cadena, Rafel Torrella y Jordi Calafell en el catálogo de la exposición, Frederic Balell, fotoperio- dista, Barcelona, 1990.




























































































   195   196   197   198   199