Page 196 - El rostro de las letras
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EL OJO DE LA HISTORIA
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colosales. Habrían de pasar aún varios años para que la técnica se pusiese a la altura de los adelantos producidos en el campo de la estampación fotomecánica. En 1871 se consiguió una emulsión seca al gelatino-bromuro, que hizo ya posible el empleo de los negativos de cristal preparados en el laboratorio por los propios fotógrafos. En 1878, Charles Harper Bennet logró una emulsión que podía conservarse durante días y era capaz de atrapar las imágenes en veinticinco centésimas de segundo, haciendo así posible las soña- das instantáneas. En 1880, The Daily Graphic publicaba ya re- producciones mecánicas por medios tonos, y siete años más tarde se comercializaba el Flash Powder de magnesio, que permitió a
los fotógrafos trabajar en interiores que hasta entonces les habían estado vedados. Con estos avances revolucionarios, el periodismo gráfico experimentó un impulso decisivo, aunque la fotografía no se integró plenamente hasta la aparición de las grandes revistas ilustradas de finales del siglo XIX, Blanco y Negro (1891), Nuevo Mundo (1894) y La Revista Moderna (1897).
Blanco y Negro fue la primera gran revista gráfica española, en el sentido moderno del término. Creada por Torcuato Luca de Tena, su primer número apareció en 1891, con una tirada de veinte mil ejemplares, que se imprimían en los talleres de Ribadeneyra. Pese a las importantes innovaciones fotomecánicas que aportó, apenas
FRANZEN. Miembros de la primera redacción del semanario Blanco y Negro, uno de los más importantes semanarios gráficos de su tiem- po. Fundado por Torcuato Luca de Tena en 1891, su primer director fue Eduardo Sánchez de Castilla. 1891 (Archivo Fotográfico ABC)
 




























































































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