Page 183 - El rostro de las letras

166 LA APOTEOSIS DE LOS CAFÉS
Tertulia de la redacción de la Revista de Occidente. Asisten, entre otros, Alfonso García Valdecasas, José Rodríguez Acosta, Ortega y Gasset, Corpus Barga, Lolita Cabrera, Blas Ca- brera, Antonio Espina, Manuel Abril, Fernando Vela, Gustavo Pittaluga y Gaspar Gómez de la Selva. Abril de 1931 (Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón)
integrada por destacados militantes del Modernismo y miembros de la Real Academia de Bones Lletres, como Rossend Serra i Pagés, direc- tor de la Biblioteca Folclórica Catalana, los dramaturgos Coromines i Prats y Jaume Massó i Torrents, presidente de la institución en 1927. A este cónclave le sucedió la Peña Grande del Ateneo, presidida por Bo- rralleras, en la que llegaron a ser fijos Josep Maria de Sagarra y Josep Pla. Otras peñas famosas fueron las del Continental, la Maison Dorée, el Novetats, el Liceo y el Lion d’Or. Hasta los anarquistas buscaron sus propios cafés, como el llamado La Tranquilidad, un nombre de lo más adecuado, si bien se mira.
Pero las tertulias literarias más fervorosas de Barcelona se cele- braron en la redacción del semanario l’Avenç, aposentado en una librería del número 24 de la Rambla de Cataluña, que era además imprenta y editorial regentadas por Jaume Massó i Torrents y Joa- quín Casas Carbó, promotores de la Biblioteca Popular. A la Peña de l’Avenç asistía el dramaturgo Ignasi Iglesias, el profeta de los subur- bios, Josep Carner, el maestro Enric Morera, el bibliófilo Cortada, Miquel i Planas, Prat de la Riba, el poeta modernista Alexandre de Riquer, ocasionalmente Joan Maragall y Ramón Casas, que hizo el logotipo estético y moral de la reunión. De hecho, buena parte de las tertulias literarias se celebraban en las editoriales y librerías que, en la mayoría de los casos, venían a ser la misma cosa. En Madrid, los más conocidos concilios se celebraron en la de Fernando Fe, resi- denciada desde 1876 en un local de la Carrera de San Jerónimo, un
Ignasi Iglesias, el profeta de los suburbios (1871-1928), fue uno de los fijos en la tertulia de la importante revista mensual ilustrada L’Avenç. Fotografía de Rafael AREÑAS, hacia 1905 (Colección particular)