Page 181 - El rostro de las letras
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      164 LA APOTEOSIS DE LOS CAFÉS
 de reminiscencia del Chat Noir de Montmartre, pero sin chanso- nier. Los Quatre Gats significó la apoteosis del hombre vestido de artista, con melena, chambergo, chalina, higiene dudosa y pipa a todas horas”. Alrededor de una larga mesa se sentaban dos grupos claramente diferenciados y en el fondo irreconciliables. El primero, integrado por Rusiñol, Casas y Utrillo. El otro, dirigido por Picasso, estaba formado por Mir, Nonell, Canals y los jóvenes. Y en los dos grupos, el fotógrafo Adolf Mas, convertido en cronista de todos. Los propios artistas que lo frecuentaban acabaron convirtiéndose en una de las atracciones del café, junto a los títeres y los polichinelas de Julià Pi, las sesiones de piano de Pere Romeu, las boutades de Opisso y las lecciones musicales del maestro Morera. “Frente al viejo Ateneo –concluye Pla–, los Quatre Gats se presenta como una barricada revolucionaria”. Eran los años álgidos del Modernismo y del semanario l’Avenç, su catón ideológico.
Fruto “del enojo y la esperanza” nació la revista España de la mano de José Ortega y Gasset. El fotógrafo COMPAÑY realizó esta histórica fotografía de los miembros de la re- dacción del semanario. Sentados, de izquierda a derecha, Ortega, Azorín, Pío Baroja y Pérez de Ayala. De pie, en el mismo orden, el editor José Ruiz Castillo, Rafael de Penagos, Luis García Bilbao, Luis Bagaría, Luis de Zulueta, Gustavo Pittaluga, Luis Bello, Fernando Marco y García Nieto. Madrid, 1915 (Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón)
































































































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