Page 185 - El rostro de las letras
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    168 LA APOTEOSIS DE LOS CAFÉS
 humilde tabuco que antes había pertenecido a Monnier, y después a Durán. Su privilegiada ubicación, a un tiro de piedra de la Puerta del Sol y la propia personalidad de Fernando Fe, convirtieron la librería en uno de los espacios culturales más concurridos de la capital. “La humilde librería de Fe –escribió Galdós en el episodio España trá- gica– era un mezquino y oscuro local que constituía una especie de aduana, por donde recibíamos la importación de cultura europea”.
Otras librerías populares como las de Pueyo en Madrid y Antoni López en Barcelona, son recordadas también por sus tertulias. La de Gregorio Pueyo (1860-1913) ha generado abundante literatura. “Ri- meros de libros –escribió Valle-Inclán– hacen escombro y cubren las paredes. Empapelan los cuatro vidrios de una puerta cuatro cromos espeluznantes de un novelón por entregas. En la cueva hacen tertulia el gato, el loro, el can y el librero”. En aquel mechinal penumbroso
Adolf MAS. El café Els Quatre Gats albergó una de las tertulias más conocidas de Barce- lona, en la frontera de los siglos XIX y XX. En la imagen distinguimos a su fundador, Pere Romeu, Ángel y Mateo, F. de Soto y al fotó- grafo Adolf MAS, que fue el cronista gráfico de la tertulia. Hacia 1905 (Fundaciò Institut Amatller d’Art Hispànic)































































































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