Page 156 - El rostro de las letras
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EN LA FRONTERA DE LOS SIGLOS
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có decisivamente la actividad de aquellos profesionales, procedentes en su mayoría de las clases medias y trabajadoras. Con honrosas excepciones, los fotógrafos nacidos para el oficio entre las postrime- rías isabelinas y los primeros años de la Restauración, apenas habían pasado del catón y no superaban las bases técnicas de los que los ha- bían precedido. “He aquí –escribió Antonio Cánovas, Káulak, ya en el umbral del nuevo siglo–, cómo mancebos de doce o quince años aprendían y aún aprenden la profesión fotográfica. Muchos no saben escribir, pero enfocan, revelan y son, en suma, fotógrafos” 37. Fue en- tonces cuando se inició la verdadera masificación de los estudios de retrato, lo cual favoreció la aparición de nuevos formatos y soportes. En 1866 se pusieron en circulación los retratos Cabinet (10x15 cms); en 1870, el denominado Victoria (7,5x11); y en 1875, los Promenade (10x18), Boudoir (12,4x19,3) e Imperial (16,8x21,7).
El considerable aumento de la potencial clientela propició una verdadera edad de oro de las galerías de retrato, que se alargó hasta la frontera de los siglos. Si en 1862 las estadísticas oficiales refleja- ban la existencia de 17 estudios en Madrid, en 1897 esta cantidad se elevaba a 58, sólo uno más que en Barcelona. En la capital catalana trabajaban en 1876 veintidós “maestros de fotografía”, con su inevi- table colla de setenta oficiales y 20 auxiliares, a los que se sumaron pronto los cuatrocientos aprendices que se encargaba de formar en su estudio J. E. Puig, hermano de Antonio Esplugas. Cuando ago- nizaba el siglo, Barcelona aventajaba a Madrid en el número de sus estudios –73, frente a 63–, aunque el volumen de sus encargos era sensiblemente menor. A estas ciudades les seguían en importan- cia, Valencia, con 32 gabinetes censados; Jaén, con 26; La Coruña
y Santander, con 19; Zaragoza y Oviedo, con 14; Sevilla, con 13; y Málaga y Murcia, con 12. En total, existían en España 439 gale-
rías fotográficas legalmente registradas, que cotizaban a Hacienda más de sesenta y cinco mil pesetas anuales 38. Las imágenes de los literatos españoles más dignas de recuerdo se realizaron entonces, pese a las limitaciones impuestas por la vieja tradición del retrato de estudio, encorsetado aún por el rigor de las poses, la extrava- gancia de los forillos y la pretenciosa decoración de las galerías acristaladas. Pero, en aquellos días de transición, algunos retratos de Antonio García, Manuel Compañy, Garzón, Esplugas, Christian Franzen y Pau Adouard anuncian ya un nuevo tiempo, en el que vamos a encontrar a los personajes públicos de la nación tal como
 37 Cánovas del Castillo, Antonio (Káulak), “De cómo se aprendía a ser fotógrafo has- ta hoy”, artículo publicado en la revista La Fotografía, Madrid, 1904.
38 Datos tomados de los Anuarios
Martí, de 1862 y 1863, el Anuario Bailly- Baillière de 1898 y de la colección de la revista La Fotografía.
Calle de Policarpo Sanz, Vigo. Fotografía de Jaime PACHECO. 1925 (Fondo Pacheco. Archi- vo Municipal de Vigo)

























































































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