Page 155 - El rostro de las letras
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    138 EN LA FRONTERA DE LOS SIGLOS
Cuando agonizaba el siglo XIX existían en España 439 galerías fotográficas legalmen- te registradas. En la imagen, QUIROGA, trabajando en su estudio madrileño en 1880. (Colección particular)
 soportes de albúmina como en fototipia y en las estampas editadas en las postrimerías del siglo por el viejo librero López en sus recorda- dos álbumes de la colección Barcelona a la vista. En estas imágenes aún se observan los restos de la antigua ciudad, más allá de los des- montes del Paralelo, en las obras interminables de la señorial Gran Vía, devaluada en sus confines por unos vestigios todavía agrope- cuarios. La fotografía fue el gran testigo de los cambios urbanísticos decimonónicos, el ojo preciso que nos muestra hoy los esfuerzos de la España burguesa y liberal por construir unas ciudades modernas
y europeas. La propia Barcelona, la del Ensanche de Cerdá, aparecía ya en los primeros días de la Restauración en los álbumes fotográ- ficos de Joan Martí y Francisco Javier Alvárez; en las series de Pau Audouard del Puerto de Barcelona; en las fototipias de Esplugas,
J. E. Puig y el propio Audouard, durante la Exposición Universal de 1888; y algún año después, en la magnífica colección de vistas de arquitectura modernista realizada por Adolf Mas.
Para entonces, cada ciudad importante tuvo su cronista gráfico, encargado de registrar para el futuro sus trasnsformaciones urba- nísticas. Sellier en la Coruña, Jaime Pacheco en Vigo, los Beauchy en Sevilla, Germán Gracia en León, Antonio García en Valencia, Ve- nancio Gombau en Salamanca, el propio Joan Martí en Gerona y el ubicuo Laurent y sus sucesores en todas y cada una de las numerosas ciudades que retrató. La realidad económica y política del siglo mar-
Jaime Pacheco, autocromo. Autorretrato, 1912 (Fondo Pacheco. Archivo Municipal de Vigo)
 



























































































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