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   En septiembre de 1868 se produce en Cá- diz el alzamiento revolucionario conocido popularmente como ¨La Gloriosa”, desde
entonces la ciudad arrastra una complicada si- tuación por las reiteradas protestas y enfrenta- mientos callejeros que provocan que algunas familias se vayan a vivir al extramuros de la ciu- dad. Es ahí, en la actual calle Antonio Accame donde nace un 13 de octubre, Antonio Accame Scasi.1
Décimo hijo de una familia acomodada demos- tró desde muy joven una gran capacidad para el dibujo y una gran creatividad. A los doce años compagina sus estudios de Segunda Enseñan- za con su formación en la Academia de Bellas Artes de Cádiz. Siguió formándose en Sevilla a donde marcha con 16 años para completar sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes. Con tan solo 22 años es nombrado profesor ayudante de Dibujo elemental de figuras en dicha Escuela, lo que da medida de su gran aptitud. 2
Retratista, pintor, destacó principalmente por su creatividad y buen gusto a la hora de dise- ñar, proyectar y ejecutar los exornos con los que se celebraban los festejos en la ciudad. En alguna ocasión fue definido como escenógra- fo, lo que da idea de que su hacer iba más allá de lo artístico-artesano de una obra, no fue un constructor de estructuras efímeras, sino que tenía un sentido de la composición global, la ciudad como escenario (podemos atisbar al- gún resto del deus ex machina de la ópera del Barroco), que se evidencia en elementos ex- ternos, que teniendo como embrión el exorno o motivo principal, se prolongan por las calles (Ancha o nueva: balcón veneciano, pay-pay, al- tares), creando otros escenarios dentro de una misma dramaturgia.
El final del siglo XIX y comienzo del XX viene marcado de forma definitiva por la Guerra de Cuba, que se hace sentir de forma muy particular en la ciudad de Cádiz, base de em- barque para la Colonia Americana. La ciudad queda sumida en la pobreza y la tristeza. Con este panorama llega a la presidencia del Consejo de ministros en 1906, Segismundo Moret y Prendengrast, gaditano y liberal, que colabora estrechamente con el alcalde Cayetano del Toro y quartiellers, para entre ambos conseguir una activación de la eco- nomía gaditana, al llevar a cabo proyectos como el comienzo del derribo de las mura- llas, la construcción de una nueva barriada obrera, la reducción de los impuestos de consumos y el ensanche de la ciudad por la zona de Puerta Tierra.3
La bocanada de aire fresco a la pésima si- tuación levanta los ánimos de los gaditanos y esta nueva etapa se verá reflejada de igual manera en la vida cultural y festiva de la ciu- dad. En 1907 se inaugura el Balneario Victo- ria con todos los adelantos técnicos y esté- ticos del momento. un año antes se había instalado la línea de tranvía que enlazaba en su recorrido intramuros con la zona de pla- yas del extramuros. La ciudad se iba embe- lleciendo poco a poco con paseos, jardines y estatuas y la sociedad gaditana intentaba retomar sus grandes festejos.4
AYunTAMIEnTO DE CÁDIZ. ARCHIVO HISTóRICO MunICIPAL. FOnDOS ACCAME
Durante la segunda mitad del siglo XIX se empiezan a celebrar las primeras exposi- ciones universales como escaparates de los avances de las Revoluciones Industriales. En 1851 se organiza la primera exposición uni- versal en Londres, pensada para estimular
se hace experto de la llamada arqui- tectura efímera a nivel local, desa- rrollando su imaginación de manera abundante en los acontecimientos festivos de la ciudad desde princi- pios del siglo XX fundamentalmente y con mayor éxito imaginativo en el carnaval,.
el desarrollo económico que conllevará, un cambio importante en la mentalidad y el ca- rácter de toda una época. Como dice Daniel Canogar “En su interior, la ciudad y sus con- flictos sociales se desvanecían. El refugio del ciudadano bajo su burbuja cristalina era un retroceso onírico al mundo acogedor del es- tado fetal, un mundo templado y protegido de las amenazas exteriores.”5
Antonio Accame vive ese espíritu, ese am- biente y desde el punto de vista artístico ve su ciudad como una exposición (con 18 años ha vivido una exposición nacional en Extramuros de Cádiz en Punta de Vaca- 1887) y acabará contagiado de estas exposiciones universales (París, Torre Eiffel, 1889). No podemos enten- der a nuestro artista fuera de este ambiente, sino contagiándose de lo visto y las corrientes artísticas que se movían a su alrededor como el neogótico, el neomudéjar, el historicismo o el eclecticismo. Se hace experto de la llamada arquitectura efímera a nivel local, desarrollando su imaginación de manera abundante en los acontecimientos festivos de la ciudad desde principios del siglo XX fundamentalmente y con mayor éxito imaginativo en el Carnaval, al cual le dio un carácter muy personal y artísti- co, que eclosionaron en las vanguardias de la época como el modernismo o el japonismo.
Aunque sea salirnos de la cronología de nuestro personaje, no podríamos entender la obra de Accame sin entender la ciudad que se va forjando en el último tercio del
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