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excelente adaptación de La bodega (1929), denuncia social de Vicente Blasco Ibáñez contra la explotación rural andaluza, con Conchita Piquer e influida por el cine so- viético, que se rodó muda, luego se so- norizó con discos y un par de canciones. En el difícil momento de transición del cine mudo al sonoro, con la producción españo- la paralizada, Perojo rodó en los estudios de la Paramount en Joinville (Francia), es- pecializados en versiones multilingües, Un hombre de suerte (1930), versión de la comedia francesa un trou dans le mur. Y a continuación se embarcó en la coproduc- ción hispano-franco-germana El embrujo de sevilla (1930), basado en la novela del uru- guayo Carlos Reyles, y que sufrió numero- sos contratiempos. Todavía contribuyó al ingrato filón de las versiones multilingües con Mamá (1931), versión de la pieza de Gregorio Martínez Sierra rodada para la Fox en Hollywood, y Niebla (1931), versión española de Brumes, producida en Francia. Pero la inauguración en mayo de 1932 de los Estudios sonoros Orphea en Barcelona, le reintegró definitivamente a la península. Y allí rodó su versión de la novela de Pedro Mata El hombre que se reía del amor (1932) y susana tiene un secreto (1933), comedia de Honorio Maura que fraguó la “pareja ideal” formada por Rosita Díaz Gimeno y Ricardo núñez. Tal pareja consolidó su populari- dad en la exitosa comedia, con argumento de Enrique Jardiel Poncela, ¡se ha fugado un preso! (1933), que transcurría casi íntegra-
RICARDO nuñEZ Y ROSITA DíAZ GIMEnO En SE HA FuGADO un PRESO
mente en un trasatlántico de lujo y que fue el primer film español exhibido en la Bienal de Venecia.
Tras un remake sonoro de el negro que tenía el alma blanca (1934), su siguiente comedia, Crisis mundial (1934) jugueteó frívolamente con el tema de la depresión económica. De estas comedias la prensa solía escribir que “no parecen españolas”, tanto para elogiar- las como para denigrarlas, y la campaña contra su cosmopolitismo, muy virulenta en la revis- ta popular Film, le llevó a buscar refugio en la potente productora Cifesa, de perfil conser- vador. Tras Rumbo al Cairo (1935) evidenció este viraje casticista con su versión de la co- media madrileñista de Carlos Arniches es mi hombre (1935) y, sobre todo, con su felicísi- ma adaptación de la zarzuela madrileña La
En El difícil momEnto dE tranSición dEl cinE mudo al Sonoro, con la producción ESpañola paralizada, pErojo rodó En loS EStudioS dE la paramount En joinvillE (francia), ESpEcializadoS En vErSionES multilinGüES.
LA VERBEnA DE LA PALOMA
verbena de la Paloma (1935), de Tomás Bretón y Ricardo de la Vega (1894), convertida en un éxito clamoroso. Su ambientación popu- lista, el gracejo de sus diálogos, su mirada cordial al representar a las clases populares convirtió al film, estrenado en diciembre de 1935 en uno de los mayores éxitos comer- ciales del cine republicano. Sus protago- nistas fueron Roberto Rey (Julián), Miguel Ligero (el jocoso boticario don Hilarión), Raquel Rodrigo (Susana) y Charo Leonís (Casta). Benito Perojo declararía más tarde que este era su film preferido y Juan Anto- nio Bardem lo considero el mejor de toda la historia del cine español. Pero, tras la vic- toria del Frente Popular en 1936 adaptó el drama social de Alejandro Casona nuestra natacha, que quedó inconcluso a causa del estallido de la guerra.
BEnITO PEROJO Y REné CLAIR
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