Page 62 - Gaudí. La búsqueda de la forma
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68 GAUDÍ Y LA CONSTRUCCIÓNComo una hipótesis más, es razonable afirmar que, en los muchos años que podía haber seguido viviendo, Gaudí podría haber extendido de manera decidida el uso del hormigón armado al proyecto de toda la estructura del templo, y no sólo a algunas piezas, para facilitar la puesta en obra (Sugrañes, 1920). Considerando el rigor que adoptó en sus dos ideas de iglesia al relacionar forma y materia, y que el hormigón armado ya era una técnica que había producido obras arquitectónicas singulares, también es lógico suponer que nos habría dejado una nueva versión, la cuarta, basada en la fábrica birresistente (a compresión y tracción) y, además, estable frente a posi- bles sismos. Y, como siempre, dado lo imprevisible que era el arquitecto, nos habría sorprendido, aunque, obviamente, habría perdido sentido aquella idea de perfeccionar las obras maestras de las fábricas monorresistentes góticas.LA IGLESIA DE LA COLÒNIA GÜELL. Donde no es necesario formular hipótesis es en la parte que acabó de la iglesia de la Colònia Güell, en la que, además, se comprueba de manera radical esa imprevisibilidad.Es razonable afirmar que, a pesar de ser de un tamaño bastante menor, se trata de la obra en la que pudo desarrollar, desde la raíz, desde el origen y con toda libertad, su inmenso potencial creativo. Las características mecénicas del cliente y el prolon- gado lapso de tiempo de que dispuso para llevar a cabo el proyecto supusieron unas condiciones inmejorables para ello.Güell le hizo el encargo en 1898 y las obras del proyecto definitivo de cripta e igle- sia (en realidad, dos iglesias superpuestas) no dieron comienzo hasta 1908. Se sus- pendieron en 1914, cuando sólo estaba construida la iglesia baja, cuyo pórtico sopor- taba la escalera de acceso a la alta (Puig Boada, 1976).El método que utilizó Gaudí para establecer la forma general del edificio es bien conocido, pero no sobra recordarlo: fue una compleja y laboriosa maqueta funicular (Tomlow, 1989), es decir, de hilos colgados traccionados con pesos representativos de las diferentes partes del edificio, cuya inversión de 180 grados, mediante croquis o foto- grafías, daba la posición y la dirección en el espacio de los ejes de los elementos cons- tructivos de fábrica monorresistente exclusivamente lineales, pilares o arcos, que estarían sometidos sólo a esfuerzos de compresión axiales (fig. 18 y 19, p. 69).Ese procedimiento es de una gran singularidad en el panorama de la historia de la arquitectura. La utilización de las líneas funiculares ya era conocida desde épocas ante- riores; sin embargo, ningún edificio relevante había sido levantado siguiendo ese princi- pio, y menos todavía como conjunto de líneas funiculares trenzado en tres dimensiones.Para Gaudí los funículos no eran sólo una forma potencialmente antigravitatoria, sino que los utilizaría intencionadamente para la recreación del espacio, aunque fuera forzando el criterio general aplicado a todo el edificio, como queda claro en el presbi- terio de la iglesia baja construida. La inclinación dramática de dos de los pilares basálticos es totalmente intencionada, y no consecuencia automática de las leyes de los funículos. Gaudí era consciente de que dos pilares casi verticales en el centro del espa- cio no satisfacían la intención expresiva que perseguía y decidió inclinarlos también. Esa oblicuidad la consiguió por medio de los empujes no equilibrados de los arcos situa- dos justo encima de esos pilares en planos inclinados, y no de las cargas de la iglesia alta, lo cual crea no pocas paradojas sobre la factibilidad de esa conclusión final de la obra (fig. 20 y 21; J.-L. González, 1990).Sin embargo, donde la creatividad actúa con mayor fuerza es en el paso del hilo a la materia, en su encarnación, aunque es muy consciente de las leyes de la estática y, en consecuencia, genera los elementos portantes con una corporeidad suficiente paraDesequilibrio y deformación teórica (muy aumentada en el dibujo) en la situación actual de la planta inferior de la iglesia de la Colònia Güell (fig. 20)Desequilibrio y deformación teórica (muy aumentada en el dibujo) en el supuesto de que se hubiera terminado el edificio de la iglesia de la Colònia Güell (fig. 21)Detalle del techo de la iglesia de la Colònia Güell. Si el lector gira el libro 180 grados podrá ver que los arcos parecen realmente hilos colgados (fig. 22)


































































































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