Page 98 - Escritura experimental en España, 1963-1983
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Escritura ExpErimEntal En España, 1963-1983A  nales de los años sesenta, coincidiendo con los últimos coletazos del fran- quismo y con la crisis que desembocó en el Mayo del 68, tal como ha escrito Esperanza Ortega: «[...] el poeta despierta de su “sueño” y desciende a la realidad de la vigilia. Este descenso supone el que ya no vea el mundo con los ojos de la fe, sino con los de la ironía».235 Se relaciona entonces con el círculo de la Librería Relieve de Valladolid donde edita Textos económicos,236 un libro próximo a la poesía comprometida de Gabriel Celaya o de Agustín Goytisolo, pero en el que elude caer en la retórica revolucionaria o en la denuncia social. Cita en él a Martin Luther King y al Che Guevara, pero, como ha señalado Esperanza Ortega, «[...] utiliza el lenguaje como arma de subversión que apun- ta directamente a las convenciones poéticas rancias, todavía respetadas por los poetas llamados sociales».237 No se puede decir que haya experimentación todavía en este libro de Pino, pero si se aprecia una voluntad formal tanto en la escritura como en su puesta en página que, ciertamente, está muy lejos de lo que publicaban los poetas sociales, más preocupados por la e cacia del contenido que por la forma. No obstante, uno de estos poetas, Gabriel Celaya que es de la misma generación que Pino, apenas un año menor, intentó también en esos momentos una aproximación a la experimentación formal en el libro Campos semánticos,238 donde ensaya poemas concretos realizados con máqui- na de escribir, páginas que se despliegan, dibujos y textos sobre imágenes fotográ cas.En Solar,239 publicado por Francisco Pino en 1970, aparecen poemas que pueden ser cali cados de visuales, caligramas que juegan con trazos y palabras, y composiciones concretas, con repeticiones y permutaciones que inducen a una lectura fonética. Cuando publica Textos económicos en 1969 y Solar un año después, Pino se encuentra cruzando la barrera de los sesenta años, desde mucho antes está realizando lo que el llamaba «poeturas», ensayos muy variados en los que abandona la semántica para adentrarse en lo visual y en lo táctil, buscando una escritura plástica. Tras estos dos libros, su obra poética sufre un giro, pero solo se hará realmente experimental tres años después, cuando de manera radical dejó a un lado los textos, las palabras y las letras para componer media docena de libros en los se sirve casi exclusivamente del troquelado geométrico de las páginas, cartulinas blancas, negras y de color, entre las que alterna  nos papeles de celofán de colores transparentes.Desde un cierto misticismo y por sí solo, sin recibir in uencias externas, Francisco Pino había llegado poco antes, en 1965,240 a un conclusión parecida a la de John Cage con respecto al papel del silencio en la música, cuando en su poema «Crear»241 asocia la creación artística con el acto de callar, reclamando el olvido de las palabras, los colores, los números y las notas. Tardó aún siete años en conseguir materializar ese olvido y renun- ciar, como Cage al sonido, a las palabras, dejando las páginas del libro vacías, al realizar la insólita edición de Poema.235. Esperanza ortega: «Vitalismo y trascendencia de la vida y de la obra de Francisco Pino», en el libro antológico Francisco pino: Siempre y nunca, 2002, pp. 80-81.236. Francisco pino: Textos económicos o de la nada a la morada no versosss, 1969. 237. Esperanza ortega: «Vitalismo y trascendencia...», ob. cit. p. 81.238. Gabriel celaya: Campos semánticos, 1971.239. Francisco pino: Solar, 1970.240. Es decir solo un año después de la fundación de Zaj en Madrid.241. «Crear» aparece por primera vez en el libro Más cerca, Sever-Cuesta, 1965. Reproducido también en Francisco pino: Siempre y nunca, ob. cit., p. 200.102


































































































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